Crespo: "Hubo rumores de que la operación del caso Gürtel la orquestó Rubalcaba"

El número dos de la trama dice que le avisaron de que se estaba organizando una operación contra el PP "con policías amigos y gente de confianza".

Pablo Crespo a su llegada al juzgado.
Pablo Crespo a su llegada al juzgado.
Efe

El presunto número 2 de Gürtel, Pablo Crespo, ha comenzado su declaración negando las acusaciones de la Fiscalía, amparándose en que él se limitaba a seguir las órdenes de su jefe, Francisco Correa, y en la ilegalidad de las escuchas que autorizó el exjuez Baltasar Garzón.


Durante el interrogatorio de la fiscal anticorrupción Concepción Sabadell, Crespo ha seguido la línea abierta por el cabecilla de Gürtel, que se responsabilizó de todas las acciones de sus colaboradores, y ha asegurado que todo lo que hacía era previamente autorizado por Correa.


Él era un "transmisor de órdenes" de su jefe, no llevaba la contabilidad y no entraba al detalle, ha querido dejar claro a la fiscal, y también ha negado cualquier relación con políticos a los que Correa dijo que pagó comisiones a cambio de adjudicaciones, como el exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega.


Tras negarse a reconocer los hechos de los que se le acusa, el que fuera secretario de organización del PP gallego (1996-1999) ha insistido en no ratificar sus declaraciones ante los jueces Baltasar Garzón y Antonio Pedreira tras su arresto en 2009.


En el primer caso porque no estaba en condiciones anímicas después de tres días detenido en unos calabozos que parecían una "mazmorra de la Edad Media", y en el segundo porque después de declarar conoció que sus conversaciones en prisión fueron "grabadas y escuchadas con la aquiescencia, con perdón, de la Fiscalía para la que usted trabaja", ha dicho dirigiéndose a Sabadell.


"Conversaciones grabadas y escuchadas por la Fiscalía, Garzón y los policías que aquí van a declarar como peritos", ha reiterado Crespo, al observar que las preguntas que le hicieron entonces estaban "dirigidas por las conversaciones que se habían escuchado" y que finalmente fueron descartadas de la investigación al ser declaradas ilícitas.


Crespo fue detenido un viernes y declaró ante Garzón el lunes, "por razones obvias que todos conocemos", ha dicho, aludiendo a la cacería a la que el entonces instructor asistió junto al exministro de Justicia Mario Fernández Bermejo y que le costó a este el cargo por un problema en su licencia de caza.


El número 2 de Gürtel tampoco ha ratificado sus confesiones ante la Policía, que fueron obtenidas "en unas condiciones de amenazas y de presión continúa del agente instructor", "blandiendo la LeCrim", en referencia a la Ley de Enjuiciamiento Criminal.


A esos calabozos fue trasladado por orden Garzón en febrero de 2009, dentro de una operación de la que, ha comentado, oyó rumores cuatro meses antes, en noviembre de 2008.


Ese mes, una persona a la que se ha negado a identificar por no venir "al caso" le dijo que, "desde el despacho de Rubalcaba", entonces ministro del Interior, "se había organizado con policías amigos y gente de confianza una operación que realmente iba dirigida contra el PP" en la que estaba involucrado Correa "por su relación con el yerno de Aznar", Alejandro Agag.


Durante cuatro horas de interrogatorio, Crespo ha explicado su participación en la estructura de empresas de Correa, de la que era un simple gestor pero no tomaba decisiones ni entraba en detalles e facturación.


"Mi relación con la contabilidad era firmar las cuentas anuales y punto", ha dicho sobre las empresas que administraba, ya que él venía de la política y su experiencia como empresario era "nula".

"Sí tenía (experiencia) como gestor en el PP, pero como empresario era cero; por lo tanto mi frecuencia de petición de instrucciones de Correa era continua" y diaria, ha explicado después de aclarar que ni sabía que existía una contabilidad B en la trama, ni tampoco de los supuestos pagos a políticos del PP a cambio de adjudicaciones.

Eso sí, ha reconocido que a la sede del partido de la calle Génova acudió "hasta 30 veces" para reclamar pagos de una campaña electoral que organizaron las empresas de Correa.


También le han preguntado por el hecho de que el Grupo Correa se presentara a concursos con diferentes empresas, algo que ha considerado normal cuando se trata con administraciones de diferentes partidos o incluso del mismo, como fue el caso de Esperanza Aguirre y "su amigo" Alberto Ruiz Gallardón al frente de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.


Crespo ha trazado una línea divisoria en su actuación en las empresas antes y después de 2005, cuando entró en juego el exdirectivo de Repsol Ramón Blanco Balín, que construyó un entramado de empresas en paraísos fiscales para mantener "opaco" a Correa.


A partir de ese momento, él dejó de llevar el día a día de las sociedades, ha dicho Crespo, que seguirá declarando ante la fiscal mañana a partir de las diez de la mañana.

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