Tensión en la calle: ¿estos son los buenos o los malos?

Un centenar de militantes y simpatizantes han abucheado a los críticos con Pedro Sánchez.

El PSOE se juega su futuro en el Comité Federal
El PSOE se juega su futuro en el Comité Federal
EFE/

¿Esos son los buenos o son los malos? Esa duda ha asaltado durante todo el día a los manifestantes que han copado la calle Ferraz mientras se reunía el Comité Federal del PSOE, aunque lo cierto es que la mayor parte de las veces no hacían distingos: todos los asistentes se llevaban su ración de abucheos.


Y es que la mayor parte de los que se declaraban militantes o simpatizantes socialistas no sabían diferenciar a los miembros del partido que pertenecen al sector crítico y a los que no. De hecho, no ponían cara a casi nadie.


Así, las identidades de los miembros del Comité Federal que entraban y salían de la sede era un misterio para los manifestantes que, como si se tratara del juego del "¿Quién es quién?", se preguntaban entre ellos: "¿Este es bueno o es malo?".


Sin tiempo a contestar y alguna que otra encogida de hombros, gritaban improperios como "golpista" o "traidor", tanto a los críticos como a los afines a Sánchez.


Por ejemplo, el aragonés Simón Casas ha sufrido el hostigamiento de un grupúsculo durante unos 50 metros, hasta llegar a una cafetería.


"No sé quiénes son cada uno", ha admitido Lourdes, una extremeña de 65 años que ha acudido hoy a Madrid para apoyar a Sánchez, si bien ha insistido en quitar hierro a su ignorancia.


"Quien esté de acuerdo conmigo no se molestará y los que sean de los críticos se molestarán, que de eso es de lo que se trata", ha recalcado.

Lourdes no ha sido la única; otros simpatizantes, que se han entremezclado con los periodistas, han calentado los ánimos exigiendo la comparecencia de Pedro Sánchez y se mostraban "decepcionados" ante la falta de actuación y diálogo por parte del partido.


Ferraz ha comenzado a acoger a los manifestantes, no todos ellos socialistas, sobre las ocho de la mañana, y cerca de las nueve habían ocupado ya casi toda la calle delante del número 70, lo que ha obligado a la Policía a cortar el acceso.


Durante algo más de una hora, un grupo de antidisturbios se ha colocado en la entrada a la sede del PSOE, cuando la mayor parte de los cerca de 300 miembros del Comité Federal ya estaba dentro.

No han vuelto a aparecer hasta las cuatro de la tarde, cuando los miembros del Comité han salido a estirar las piernas aprovechando el enésimo receso de la reunión y los de la protesta, ya descansados y comidos, se han reactivado. Tan caldeado estaba el ambiente que la Policía ha tenido que montar un cordón de seguridad.


Y es que la calle sólo se ha vaciado momentáneamente durante la hora de la comida, cuando los bares y terrazas se han llenado a reventar. O no tanto, porque una inmobiliaria cercana se ha brindado a cocinar una paella para 200 personas, y la gente se ha puesto las botas. En principio era sólo para periodistas, pero se han colado todos los que han querido.


Entre ellos mucho de los manifestantes, que, por cierto, no eran todos tan socialistas como querían hacer ver: entre ellos había jóvenes que portaban pulseras moradas de Podemos, quienes han asegurado a Efe que se han acercado a dar su apoyo a Pedro Sánchez porque es "necesario" para lograr un gobierno alternativo, o Sandra, votante de Izquierda Unida y vecina del barrio, que ha decidido bajar junto a su bandera republicana porque "la izquierda debe estar unida".


También se ha dejado ver por Ferraz el ex alcalde del PP De Campillo de Altobuey (Cuenca) y una señora ha gritado a viva voz "¡Viva el PP!", aunque su grito ha quedado ahogado por los vítores del "no es no".

La tensión ha ido en aumento a lo lago del día, a medida que avanzaba la jornada. Las subidas de tono han afectado hasta a un empleado de la sede socialista, increpado por los manifestantes a su salida, y también ha habido peleas entre los propios asistentes que no se ponían de acuerdo sobre cómo manifestarse.


Y con el PSOE saltando por los aires, con una ruptura total entre críticos y afines a Sánchez, el diputado vasco Odón Elorza ha resumido la jornada en una foto en Twitter: una rosa negra que llora grandes lágrimas de sangre.



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