No por mucho madrugar se consigue gobernar

?Rajoy fue el segundo de los cuatro principales aspirantes a la presidencia del Gobierno en votar durante la jornada electoral.

Los principales líderes políticos españoles han ejercido su derecho al voto en diversos puntos de la geografía española.
Los principales líderes políticos españoles han ejercido su derecho al voto en diversos puntos de la geografía española.
Agencias

El pasado domingo 26 de junio se celebraron las decimoterceras elecciones generales españolas desde la instauración de la democracia. El candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, personalizó la imagen del triunfo en la jornada: su formación consiguió 137 escaños en el Congreso de los Diputados y mayoría absoluta en el Senado.


Otro dato, en principio anecdótico, “apoyaba” sus posibilidades de éxito: fue el segundo de los cuatro principales aspirantes a la presidencia del Gobierno en votar durante la jornada electoral. Esta circunstancia, como publicó HERALDO DE ARAGÓN el viernes pasado, había acabado con su protagonista en la Moncloa en siete ocasiones hasta ahora: si Rajoy, como parece probable, recibe del rey Felipe VI el encargo de formar gobierno y acepta, será la octava vez en la que el segundo en acudir a su colegio electoral y votar acaba primero en la carrera por la presidencia del país.


Hay dos casos extremos de premio a quienes tuvieron menos prisa: en 1979, a pesar de ser el último de los cuatro favoritos en votar, ganó Adolfo Suárez. Lo mismo ocurrió con Felipe González en 1982.


Las tres veces en las que madrugar y ganar fueron de la mano llegarían en 1993 (Felipe González), 2000 (José María Aznar) y 2008 (José Luis Rodríguez Zapatero).


El domingo, el más madrugador en votar fue el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, que ejerció su derecho en L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Rajoy votó en el colegio Bernadette, de Aravaca (Madrid), Pedro Sánchez (PSOE) lo hizo en otro punto de la Comunidad de Madrid, Pozuelo de Alarcón, y Pablo Iglesias (Unidos Podemos) fue el último en votar de los cuatro, también en Madrid: lo hizo en Vallecas, su barrio.


Dicen que ‘no por mucho madrugar, amanece más temprano’; al final el candidato gallego hizo bueno este refrán y la estadística se volvió a cumplir. Llegó segundo y acabó primero.


En las próximas elecciones este dato podría tomarse en cuenta en las estrategias de partido: mejor no tentar a la ‘suerte’.


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