​Las broncas se lo ponen difícil a López en su estreno

El momento más tenso lo ha vivido el presidente del Congreso con el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Patxi López habla con Albert Rivera.
Patxi López habla con Albert Rivera.
Efe

Las broncas sucesivas que ha habido en el debate de investidura, las peticiones de palabra por alusiones o los reclamos de más tiempo por parte de algunos portavoces se lo han puesto difícil al presidente del Congreso, Patxi López, en su estreno como moderador en un gran debate en la Cámara Baja.


Y el momento más tenso lo ha vivido López con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que no solo ha cortado el uso de la palabra por excederse en su tiempo sino también le ha reprochado los insultos que ha lanzado desde la tribuna.


La tensa intervención de Iglesias, en la que ha arremetido con dureza a izquierda y derecha, ha acabado con una llamada al orden de Patxi López.


Le ha recriminado así por acusarlo de haberle quitado la palabra en su réplica cuando había sido, ha dicho, "extraordinariamente generoso", y le ha pedido que no recurra al insulto o la descalificación hacia sus adversarios.


"No hagamos nada que pueda demostrar que no somos respetuosos. Sigamos por este debate en los senderos en los que estaba antes", ha reclamado López a Iglesias.


En este debate, el presidente del Congreso no ha interrumpido las intervenciones de los diputados cuando se han producido abucheos, aplausos continuados o broncas de una bancada a otra, pero sí ha aprovechado sus intervenciones en determinados momentos para afear la conducta de los parlamentarios.


Y sobre todo, ha tenido que cortar en seco los turnos por alusiones que han pedido varios diputados, entre ellos el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.


Según el artículo 71 del reglamento del Congreso, el presidente de la Cámara puede dar la palabra a un diputado que durante el debate haya sido aludido, alusiones que supongan juicio de valor o inexactitudes sobre su persona o su conducta.


Apelando a este artículo, han pedido la palabra, entre otros, Rajoy; los ministros de Exteriores, José Manuel García Margallo e Interior, Jorge Fernández Díaz; y el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domenech.

En el caso de Margallo y Fernández Díaz, el presidente de la Cámara les ha concedido el turno de palabra.


Y ambos ministros la han aprovechado para negar ante el pleno las declaraciones que les ha atribuido Pedro Sánchez y con las que el líder socialista les ha acusado de meter miedo a los españoles ante un hipotético Gobierno encabezado por él.


Ha habido, no obstante, un reproche de López a Margallo cuando éste ha aprovechado su turno por alusiones para sugerir que Sánchez "no tiene categoría para ser candidato". "Iba bien hasta que ha introducido un juicio de valor", le ha dicho.


En el caso de Rajoy, López también le ha dado la palabra por alusiones tras la intervención del líder de Ciudadanos, Albert Rivera.


Pero también el jefe del Ejecutivo en funciones ha escuchado la regañina del presidente del Congreso, que ha advertido, antes de dar la palabra a Rajoy, de que no tenía intención de seguir "pervirtiendo" el debate permitiendo todos los turnos de palabra por alusión que fuesen reclamados.


Y se ha terminado de cansar de estas peticiones cuando ha reclamado la palabra el portavoz del PP, Rafael Hernando.


"Hasta aquí hemos llegado", ha proclamado López, después de que Hernando, recurriendo a las alusiones y negando unas acusaciones de Albert Rivera, dijese que el PP ha aprobado decenas de medidas contra la corrupción.


"¡Ya estamos! Señor Hernando, no tiene la palabra para esto", le ha recriminado.


López ha subrayado que el Reglamento del Congreso es "meridianamente claro" sobre los turnos de alusiones, que sólo pueden abrirse cuando se pronuncia una falsedad o se produce un juicio de valor.


"Esto no da lugar a pervertir el debate jugando a debates cruzados entre portavoces", ha insistido.


No han acabado aquí los problemas para López, que también ha tenido que negar la palabra al portavoz de En Comú Podem, Xavier Domenech, que reclamaba un nuevo turno con arreglo al artículo 71.


Y es que, si fuera por alusiones en el sentido más estricto de la palabra, el debate se estaría interrumpiendo constantemente, como ha sugerido el presidente del Congreso en este su gran estreno.


Una idea en la que ha estado de acuerdo su antecesor, Jesús Posada, quien comentaba a los periodistas que un pleno como éste no se puede interrumpir continuamente por alusiones.


Con todo, el pleno de investidura de Pedro Sánchez, que todos pensaban se iba a prolongar hasta entrada la noche, parece que va a acabar mucho antes de lo previsto, porque López ha anunciado la votación para las siete de la tarde.


Gracias entre otras cosas a que López se ha ceñido a los tiempos y a que Pedro Sánchez, como candidato, no se ha alargado en demasía en sus turnos de réplica a los grupos.

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