Sánchez se ofrece al Rey para intentar formar Gobierno

El líder socialista pide a Podemos y C's dejar de hablar de "vetos" y actuar "unidos".

El Rey recibe al líder del PSOE, Pedro Sánchez
El Rey recibe al líder del PSOE, Pedro Sánchez
Efe

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha trasladado hoy al Rey que "está dispuesto" a intentar formar un gobierno "transversal, progresista y reformista", y de abrir negociaciones "a partir de ya" con todos los partidos, también con el PP.


Sánchez ha expresado a Felipe VI su voluntad de "dar un paso al frente", en caso de que el presidente del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, vuelve a renunciar a su "obligación" de someterse a la investidura.


El líder socialista ha dicho sentirse "fuerte" para tratar de llegar a la Moncloa, si bien no ha detallado con qué avales contaría, al subrayar de que aún no ha empezado a negociar con ningún partido por su deseo de ser "escrupuloso" con los tiempos y el procedimiento.


Después de 45 días desde que se celebraron las elecciones generales, Sánchez ha considerado que es preciso "sacar de la situación de bloqueo a la democracia española y a sus instituciones".


"No se puede esperar un minuto más", ha apremiado el secretario general en la rueda de prensa ofrecida en el Congreso tras su audiencia con el Rey en el Palacio de la Zarzuela, que se ha prolongado durante una hora y cuarto. Sánchez ha asegurado que quiere hablar con todos los partidos y que "por supuesto" también lo hará con el PP, porque representa a siete millones de votantes que le merecen "todo el respeto".


No ha aclarado si primero llamará a Ciudadanos o a Podemos, lo que podría ser indicativo de en qué socio pretende apoyarse más. "Paso a paso", ha recomendado.


Tras recordar la mayoría absoluta sufrida en la pasada legislatura, Sánchez ha hecho hincapié en la necesidad de extender el diálogo a todas las fuerzas, "a derecha y a izquierda", porque no hay que reeditar "los frentes", sino apostar por gobiernos "transversales, progresistas y reformistas".


El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y el de Podemos, Pablo Iglesias, emplazaron este lunes a Sánchez a que elija entre uno u otro para formar gobierno. El secretario general del PSOE les ha replicado pidiéndoles "dejar de hablar de vetos" y centrarse en qué pueden hacer "unidos" para tratar de lograr un acuerdo de gobierno.


"Creo, honestamente, que los españoles no entenderían que las fuerzas del cambio no nos uniéramos para propiciar ese cambio", ha aseverado Sánchez, quien ha insistido en que primero hay que hablar del "para qué" y luego llegaría el turno del reparto de "sillones".


Sobre qué modelo de gobierno preferiría, después de que en campaña defendiera un ejecutivo monocolor, Sánchez no ha dado pistas de si estaría dispuesto a aceptar una coalición con Podemos o C's.


A su juicio, hay que "huir de una formulación que represente un frentismo" porque lo que necesita España "es un nuevo cambio de políticas, de personas y de formar de entender la política".


Sánchez, que se ha quejado de haber sido objeto durante las últimas semanas "no solamente de desplantes, sino de la arrogancia" de Iglesias, ha pedido "respeto" al líder de Podemos.


"En algunas ocasiones, para poder hay que querer y, por tanto, se abrirá el momento, cuando llegue, de saber si Podemos realmente quiere", ha advertido el líder socialista, quien ha emplazado a Iglesias a que decida si va a respaldar el cambio político o si permitirá que siga gobernando el PP.


Ante la posibilidad de que necesitase al menos la abstención de ERC o Convergencia para lograr la investidura, algo que no contempla la resolución del Comité Federal del PSOE, Sánchez ha reiterado que no será presidente "a cualquier precio" y que su aspiración es pactar con partidos que garanticen la integridad territorial.


"El Comité Federal no me impide, me impiden mis convicciones", ha proclamado el secretario general para reafirmar su compromiso de que no negociará con los independentistas. Sánchez no ha concretado cuánto tiempo le llevaría someterse a la investidura con éxito y se ha limitado a apuntar que "en el mayor breve tiempo posible".


Lo que sí ha querido dejar claro es que unas nuevas elecciones no serían la solución. En el plano interno, el líder del PSOE ha asegurado que la división que hay en su partido no es un obstáculo para él a la hora de intentar ser presidente.


"Si no me sintiera fuerte, no hubiera dado el paso que he dado al plantearle al Rey la predisposición del PSOE a desbloquear la situación", ha zanjado. Ha contrapuesto su actitud con la de Rajoy, a quien ha acusado de haber renunciado a la investidura tras "un ejercicio de escapismo político" que ha considerado "inédito".

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