Más de un millón de extranjeros hacen la maleta y dejan España en cinco años

Uno 307.00 españoles también se han marchado ante la imposibilidad de encontrar un trabajo.

En tan sólo cinco años, de 2010 a 2015, más de un millón de extranjeros ha abandonado España ante la falta de oportunidades laborales y ha optado por regresar a sus países o establecerse en otros en busca de un mejor futuro.


Uno de cada cinco extranjeros con residencia legal en España se ha ido en solo un lustro (1.018.090, un 18 % de los que había), un período marcado por la crisis y en el que 306.660 españoles también se han marchado ante la imposibilidad de encontrar un trabajo acorde a su formación, o simplemente un trabajo.


"La evolución de la población va de la mano de la economía", ya que cuando ésta empeora la gente se tiene que ir y cuando mejora viene, explica a Efe la profesora de Geografía Humana en la Universidad de Navarra, Dolores López.


El éxodo de extranjeros; el envejecimiento de la población, que hace que cada año mueran unas 400.000 personas; la baja natalidad, en la que también repercute la salida de extranjeros dado que sus tasas de natalidad son más altas; y la salida de españoles agravan el problema demográfico de España que se traduce en un descenso de la población de más de 300 personas al día.


Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la consecuencia es evidente: en 2010 éramos 47.021.031 ciudadanos, de los que 5.747.734 eran extranjeros, y ahora somos 46.624.382, de los que 4.729.644 son foráneos.


La evolución de la economía no solo afecta a los flujos migratorios sino también a la natalidad: "si va bien, los jóvenes se quedan en su país y pueden formar una familia, tener los hijos que deseen", añade la experta en Demografía, Geografía de la Población e Inmigración.


"Si España es destino migratorio cuando su economía va bien, es lógico que deje de serlo cuando va mal", agrega López, quien no quiere ser "catastrofista" ya que, en su opinión, una mejora de la situación conllevaría tanto la vuelta de los españoles que se han ido como una nueva remesa de inmigrantes.


Los efectos de la crisis económica iniciada en 2008 están detrás del éxodo de ciudadanos y en el mercado laboral se hicieron patentes ese mismo año, que comenzó con una tasa de paro del 8,57 % de la población activa y 1.942.000 parados.


Cifras que en 2010 eran del 18,66 % y 4.335.000 desempleados y que a 1 de enero de 2015 se elevaban al 23,70 % y 5.457.700 personas sin empleo.


Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) conocidos esta semana son más esperanzadores y, con una reducción del paro de 678.200 personas en 2015, a final de año los parados sumaban 4.779.500 con una tasa de paro del 20,9 %.


"Hay gente para la que incluso estando en crisis es mejor opción España que sus propios países, como vemos en las fronteras de Ceuta y Melilla", advierte López.


En los cinco años citados, la nacionalidad más afectada ha sido la ecuatoriana con la salida de 223.189 personas, más de la mitad de los que había en 2010, hasta quedar en 176.000 los integrantes de la colonia que reside en España.


También son numerosos los colombianos que se han marchado a buscar suerte en otro lugar, 141.383, mientras que 151.258 se han quedado.

El INE advierte de que en el caso de ecuatorianos, bolivianos, peruanos y colombianos parte del descenso es consecuencia de la adquisición de nacionalidad española, proceso por el que dejan de ser considerados extranjeros.


Los habitantes de Reino Unido que han abandonado España también superan los 100.000, en este caso son 104.434 los que se han marchado y 283.243 los que se han quedado, una población que, al igual que los alemanes, suele reducirse por fallecimiento ya que se trata de ciudadanos que, tras su jubilación, fijan su residencia en España.


Menos numerosos son los rumanos que se han ido desde 2010, 78.967, la nacionalidad que más presencia tiene en España con 752.268 ciudadanos.

También han hecho la maleta gran parte de los bolivianos que residían en España en 2010, año desde el que se han marchado 86.794 y cuya población se ha reducido a 126.375.


Así como las mitad de los peruanos que residían aquí, y tras la salida de 69.070, sólo viven en España 71.112.


También han abandonado España 64.913 alemanes y continúan 130.911; 56.936 argentinos (75.313 residen en España); 43.945 brasileños (73.863); 43.769 portugueses (98.751); 27.225 búlgaros (142.328); 24.272 franceses (99.598); 16.236 paraguayos (69.451); 15.897 dominicanos (75.315); y 4.914 italianos (179.363).


Sorprende, por el contrario, que los procedentes de China, con 33.394 ciudadanos más; Pakistán, con 20.818; Rusia, con 18.567 y Ucrania con 7.691 ciudadanos hayan aumentado su presencia en España.


La presencia de ciudadanos chinos en España ha aumentado hasta los 191.638, convirtiéndose en la cuarta nacionalidad más numerosa en España -tras Rumanía, Marruecos y Reino Unido-, mientras que la ucraniana alcanza los 91.004 residentes, la pakistaní los 77.695 y la rusa los 68.387 ciudadanos censados en España.

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