Los buzos recuperan los cuerpos de dos de los militares fallecidos

Los dos cuerpos, cuyas identidades no se han difundido, ya se encuentran a bordo del buque de acción marítima "Rayo".

Combo de fotografías de archivo facilitadas por el ministerio de Defensa en la que aparecen (de izda. a dcha.) El capitán José Morales Rodríguez, de 36 años; el teniente Saúl López Quesada, de 26 años; y el sargento Jhonander Josué Ojeda Alemán, de 27;
Combo de fotografías de archivo facilitadas por el ministerio de Defensa en la que aparecen (de izda. a dcha.) El capitán José Morales Rodríguez, de 36 años; el teniente Saúl López Quesada, de 26 años; y el sargento Jhonander Josué Ojeda Alemán, de 27;

Los buzos de la Armada han recuperado los cadáveres de dos de los tres tripulantes del helicóptero del Ejército del Aire que cayó al mar y ya se aprestan para completar su misión mañana mismo, antes de que se produzca un cambio meteorológico que puede impedirles trabajar durante días.


Tras una semana de incertidumbre, sin noticias del helicóptero ni del paradero de sus tripulantes, los acontecimientos se han precipitado en las últimas 48 horas: el miércoles fue localizada la cabina en el fondo del mar, ayer jueves se confirmó que los tres militares estaban dentro y hoy se han recuperado dos de los cuerpos.


Pendientes de todas esas operaciones, las familias de las víctimas han agradecido las muestras de apoyo que han recibido.


"Sobre todo queremos agradecer el ministro de Defensa (Pedro Morenés) cómo se ha portado y que haya estado con nosotros cada día. Cada dos horas nos iba informando de lo que se sabía. También queremos agradecer al Ejército del Aire su trato", ha señalado a la entrada de la base aérea de Gando Francisco Ojeda, padre de uno de los tres fallecidos, el sargento mecánico Jhonander Ojeda.


El hallazgo de los restos mortales del capitán José Morales, el teniente Saúl López y el sargento Ortega, cuando aún no se habían perdido las esperanzas de encontrarlos vivos, ha causado consternación en amplios sectores de la sociedad española.


El Rey Felipe ha transmitido sus condolencias al Ejército y a las familias en Zaragoza, adonde había acudido para presenciar unas maniobras de la OTAN, y también han expresado su pésame los principales líderes políticos del país, desde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hasta el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, o el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.


Todos ellos han tenido también palabras de elogio para la labor que desempeña la unidad a la que pertenecían los tres fallecidos: el Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) del Ejército del Aire.


Rajoy ha confirmado esta tarde que tiene previsto desplazarse el sábado a Gran Canaria para reunirse con las familias y expresarles su apoyo. "Toda España está con vosotros", les ha dicho.


Mientras tanto, los trabajos en el punto del océano donde se ha localizado la cabina (más de 500 kilómetros al sur de Gran Canaria) continúan, con los buzos de la Armada sumergiéndose en parejas, por turnos, para asegurarse de que se recuperan los cadáveres.


Pedro Morenés ha dado instrucciones de que, a partir de ahora, se eviten riesgos para los miembros del operativo -doce de los submarinistas ya han dado muestras estos días del desgaste que ocasionan las repetidas inmersiones- y se garantice que los tres cuerpos pueden ser entregados a sus familias.


Por ello, el izado de la cabina del aparato, hundida a unos 50 metros de profundidad, ha quedado en segundo plano. Esa maniobra no se acometerá hasta que los restos de los tres tripulantes del Superpuma estén a bordo del buque de la Armada "Rayo", que los trasladará a la base naval de Las Palmas.


Dos de ellos, cuyas identidades no se han difundido por el momento, ya se encuentran desde esta tarde en sus cubiertas.


Para recuperar el aparato, Defensa probablemente lo envolverá con dos grandes redes que ha facilitado la Marina de Marruecos, que eviten que el aparato se fracture y se pierdan algunas de sus partes de camino a la superficie (como sucedió el abril del año pasado, cuando se izó desde más de 2.000 metros el anterior Superpuma del SAR de Canarias que cayó al mar).


En esa operación, las Fuerzas Armadas cuentan con dos opciones: el material propio que desde hace días han desplazado a la zona, con capacidad de reflotar doce toneladas, y la grúa del buque noruego "Olympic Zeus", preparada para mover hasta 250 toneladas.


Recuperar la cabina puede ayudar a despejar las incógnitas que aún persisten sobre lo que pasó con el helicóptero, que se precipitó al mar a 74 kilómetros de la costa del Sahara, en un punto que queda fuera de la cobertura de radio y radar desde Canarias.


Las Fuerzas Armadas han aprovechado las buenas condiciones que han reinado en la zona para adelantar los trabajos todo lo posible, porque a partir de mañana se prevé un empeoramiento del tiempo que podría impedir durante días su tarea.


A la espera de cómo evolucionaban esas operaciones, cuando todavía no se conocía la recuperación de los cadáveres, el padre del sargento Ojeda ha asegurado a la prensa a la entrada de la base de Gando que su hijo -único superviviente del accidente de 2014- y sus dos compañeros se han ido haciendo aquello que era "su pasión"


"Johander y sus compañeros... arriban están. Se fue haciendo lo quería. Estoy seguro de que si volviera, se subiría de nuevo al helicóptero. Era su pasión. Cuando sufrió el primer accidente le dije: no te subas más. Y volvió a subir. Se nos fue mi niño, pero se fue haciendo lo que quería", ha manifestado Francisco Ojeda.

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