El director de la Policía indica que 8 de cada 10 grupos criminales tienen extranjeros

El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha alertado  en Toledo sobre el fenómeno de la globalización del crimen organizado, como pone de manifiesto que ocho de cada diez grupos detectados en España tienen extranjeros dentro de la organización.

Cosidó, que ha inaugurado el encuentro que celebra en Toledo el proyecto internacional "Fortaleza" de Interpol contra el crimen organizado, ha dicho que una de las características de este fenómeno es su evidente globalización y ha considerado que "posiblemente nada se haya globalizado más rápidamente que la criminalidad organizada".

Según Cosidó, España es uno de uno de los países que está más en la primera línea de lucha contra este fenómeno, ya que ocho de cada diez grupos de crimen organizado que se detectan tienen un componente internacional, principalmente de países del este de Europa, del norte de África y de Latinoamérica.

No solo es que se hayan globalizado los tráficos ilícitos, de drogas, de armas o de productos falsificados, sino que se han globalizado las organizaciones y las transferencias de capital, ha apuntado el director general de la Policía.

Así, el crimen organizado establece alianzas estratégicas cada vez más potentes, con grupos en Asia, en África, en Europa desde América Latina, ha explicado Cosidó, quien ha añadido que los propios grupos organizados subcontratan a otras organizaciones que le prestan determinados servicios criminales, ya sea en el transporte, en la gestión financiera o en el uso de la violencia como un instrumento de persuasión en su actividad.

La globalización es uno de los tres factores que, a juicio de Cosidó, determinan el proceso de transformación en el que se encuentra el crimen organizado, junto a otros dos aspectos como son la "virtualización" y el incremento del "cibercrimen" y la desestructuración.

En el ámbito de la "virtualización", ha opinado que aunque los grupos de crimen organizado han sido muy intensivos en el uso de las nuevas tecnologías para desarrollar su actividad, ahora hay una fase distinta, en la que cada vez combinan más su actividad criminal en el mundo físico con su actividad criminal en el mundo virtual.

"Cada vez más utilizan el cibercrimen como una de sus actividades principales", ha aseverado Cosidó.

Pero además es un crimen que se está desestructurando, debido a que las organizaciones son conscientes de que cuando son más grandes y están más gerarquizadas se vuelven más vulnerables.

Por ello, se está observando un trabajo en red con células que colaboran entre sí de una manera más informal, menos estructurada, lo que dificulta luchar contra este fenómeno, ha dicho el director general de la Policía.

Ante este proceso de transformación, Cosidó ha abogado por reformular la estrategia para hacer frente al fenómeno, que empezaría por "refocalizar" el objetivo buscando fundamentalmente el dinero y el beneficio que estas organizaciones obtienen de su actividad criminal, para lo que es fundamental una mayor eficacia en la lucha contra el blanqueo.

También ha considerado necesario buscar un equilibrio entre la capacidad tecnológica y la vuelta a las fuentes humanas, internet cada vez es más opaca y más oscura, con sistemas de encriptación más sofisticados, por lo cual se precisa compaginar la tecnología con la vuelta a fuentes humanas, a agentes encubiertos "como una herramienta básica y fundamental".

Asimismo, ha apostado por una cooperación internacional más intensa, como la que se propugna con el proyecto "Fortaleza" de Interpol.