Convergència i Unió se separa

El partido no ha podido salvar su última crisis y después de 37 años "se ha roto el pastel".

Mas y Duran, tras la reunión del comité ejecutivo de CiU
Duran confirma que deja la secretaría general de CiU tras consensuarlo con Mas
Efe

Dicen las estadísticas que, por el estrés de la convivencia veraniega, septiembre es el mes en el que se rompen más matrimonios. Pero cuando los matrimonios son políticos no pueden esperar ni a septiembre si los respectivos cónyuges ya no siguen el mismo camino. CDC y UDC son desde este jueves independientes.


Después de casi 37 años juntos -los mismos que la Democracia española- la federación CiU, el matrimonio político con el que el nacionalismo catalán ha gobernado Cataluña y ha influido en España, apuntalando gobiernos tanto del PSOE como del PP, se ha roto a apenas tres meses de las elecciones anunciadas para el 27-S.


"CDC y UDC ya no irán juntos a las elecciones del 27-S", ha sentenciado el coordinador general de CDC, Josep Rull, un día después de que el secretario general de UDC, Ramon Espadaler, anunciara la salida de los consejero democristianos del Gobierno catalán por no compartir la hoja de ruta soberanista de CDC y ERC.


En la película 'Se acabó el pastel', Meryl Streep y Jack Nicholson intentaban salvar -ciertamente más ella que él- un matrimonio que por todas partes daba señales de naufragio. Pero el matrimonio se rompe al final y la vida sigue.


Pero si en el film basado en la novela de Nora Ephron la infidelidad era el motivo de la ruptura, en CiU ha sido la apuesta independentista del líder de CDC, Artur Mas, la línea roja que la UDC de Josep Antoni Duran Lleida no ha querido traspasar.


"Las cosas no serán como han sido hasta ahora, la separación debe hacerse en términos amistosos". Así se expresaba Rull para decir que "el proyecto político de CiU ha terminado". Traducido al lenguaje matrimonial: Se acabó el pastel.


CDC lanzó un ultimátum a UDC porque no podía esperar a septiembre para saber si su socio se presentaría con la 'estelada' por bandera al examen de un 27-S que Mas formula en clave plebiscitaria y en la que concurrirá con un programa explícitamente independentista, dejando las siglas de partido al fondo del cajón.


Lo cierto es que UDC hizo los deberes el domingo al someter a consulta a su militancia para que se pronunciara ante una pregunta formulada en clave de tercera vía (plena soberanía pero negociada en el actual marco legal). Pero el 46% de la militancia tiró por la ruta independentista trazada por Mas y su socio de gobierno, ERC.


Ante este ajustado resultado -Duran ganó la consulta, pero con un 50,9% - los críticos de Unió no dieron por acabado el partido y los socios de CDC no tardaron ni 24 horas en dar un ultimátum exprés a los democristianos para pronunciarse sobre la hoja de ruta de Mas, la del "sí sí" a la independencia en un plazo de 18 meses.


Y lo que durante 37 años no fue un camino de rosas -CiU ha vivido múltiples crisis, como en 2001, cuando el jefe de los nacionalistas, Jordi Pujol, señaló como sucesor a Mas en detrimento de Duran- se ha convertido en las últimas 72 horas en un sendero de espinas difícil de transitar sin sufrir un desgarro fatal.


CDC y UDC siempre se miraron de reojo. En los congresos respectivos era habitual escuchar en los pasillos amargas pullas a sus socios. Pero el pragmatismo -y el férreo liderazgo de Pujol- siempre evitó que en el último minuto se cortase la mayonesa.


Convergència ha sido siempre el "primo de Zumosol" de la federación, el partido con más militantes y el que ha puesto el cartel electoral en Cataluña, primero con Pujol y ahora con Mas.


Unió es el "partido pequeño", pero su impacto cualitativo -su diputado Josep Sánchez-Llibre es un maestro del pacto tanto con PSOE como con PP- y la personalidad de Duran -y su red de contactos internacionales- aportaban a CDC los componentes necesarios para convertirse en una máquina de ganar elecciones.


Si Mas y Duran quedaran atrapados en el mismo ascensor probablemente les vendría a la memoria una de las frases más repetidas de otra película, Jerry Maguire, en la que Tom Cruise susurraba varias veces a Renée Zellweger: "Tú me completas".


Ambos socios se entendieron y se "completaron" durante décadas en la relación con los gobiernos de España en el terreno de un catalanismo calculado con momentos más o menos soberanistas, más o menos federalistas y, en los últimos tiempos, más o menos independentistas. Y por aquí empezaron a llegar los problemas.


Porque la ruta emprendida por Mas a partir de 2012 -primero por el derecho a decidir y abiertamente independentista ante la consulta del 9-N- ha acabado abriendo en canal primero a UDC y luego a CiU.


Mas ha decidido llegar a septiembre montado en una Harley-Davidson "tuneada" a su medida y con la "estelada" por bandera, pero Duran siempre ha sido más de bicicletas para pasar el verano. Lo cierto es que ni siquiera ha acabado la primavera y cada uno ya ha tomado su camino.


Volviendo a Jerry Maguire, CDC completaba a UDC y viceversa. CiU era el ejemplo de que un 100% no es necesariamente el resultado matemático de la suma del 50%, sino que las fracciones más pequeñas a veces son imprescindibles.


"Tú me completas", se decían Pujol y Duran -y luego Mas y Duran- cada vez que el conductor del autobús de campaña de CiU metía la llave de contacto y el autobús de campaña arrancaba... Como Cruise a Zellweger.


Pero llegará septiembre y el autobús de campaña arrancará esta vez con un sonido diferente del motor y algunos pasajeros se habrán quedado en tierra. O, quién sabe, irán a bordo de otro autobús.