​Francia: ETA dispone de muy pocos efectivos pero no tiene intención de disolverse

ETA dispone actualmente de efectivos "muy reducidos" pero cuenta con buena parte de su arsenal de armas y "no tiene intención de disolverse por el momento", según la policía antiterrorista francesa.

El comandante de la Subdirección Antiterrorista Laurent Hury subrayó que desde que la banda anunció en octubre de 2011 el abandono definitivo de la violencia lo que prima es la dimensión política, y que en ese terreno ETA corre el riesgo de quedar marginada por los partidos vascos y la sociedad civil.

Hury, que declaró en la primera jornada del juicio ante el Tribunal de lo Criminal de París contra los presuntos miembros del aparato militar Itziar Plaza, Iurgi Garitagoitia y Asier Borrero, señaló tres líneas de acción actuales de la organización terrorista.

Lo que busca -dijo- es "imponer" el retorno al País Vasco de los presos (hay 92 en Francia y más de 400 en España), gestionar el desarme con el desmantelamiento de sus estructuras militares y a cambio conseguir lo que llama la "desmilitarización" de Euskadi, es decir, la salida de fuerzas policiales y militares.

El comandante de la SDAT no quiso entrar en dar una cifra de etarras en la clandestinidad por considerar ese ejercicio una aproximación, dos semanas después de que la Fiscalía francesa hablara de "una treintena".

Pero fue más preciso al señalar las "cerca de 250" pistolas que siguen en su poder del alijo de más de 400, con 59.000 municiones, que un comando de ETA robó a la empresa SIDAM en el sureste de Francia en octubre de 2006.

También indicó que se han recuperado alrededor de 2.000 matrículas de las 30.000 vírgenes que la banda sustrajo junto a varias troqueladoras en marzo de ese mismo año.

Hury admitió que la actividad etarra que detectan en Francia prácticamente ha desaparecido en los últimos años, ya que no hay robos de coches (antes constataban varias decenas cada año) y las últimas detenciones se produjeron en 2013 (desde 1999 y hasta esa fecha fueron arrestadas más de 300 personas).

No obstante, puntualizó que sigue habiendo signos de acción, como los comunicados publicados (tres en lo que llevamos de año) o el documento del comité ejecutivo -el máximo órgano directivo-, fechado en diciembre de 2013 que se le requisó a Itziar Plaza en prisión.

A una pregunta del presidente del tribunal, Olivier Leurent, respondió que los signos de disidencia entre sus activistas "son marginales" y se reducen en la práctica a los pocos presos que se han acogido a la llamada "vía Nanclares" en la cárcel.

De hecho, los tres que se sientan en el banquillo en este proceso programado hasta el próximo 5 de junio -arrestados el 4 de julio de 2009 cuando circulaban entre Pau y Tarbes-, mostraron su acuerdo con la línea públicamente defendida por ETA del fin definitivo de la violencia, pero justificando al mismo tiempo el recurso en el pasado a las armas.

Asier Toribio (31 años) afirmó que asumen esta nueva posición "con la misma determinación que tomamos las armas".

Tanto él como Iurgi Garitagoitia (32 años) podrían ser condenados teóricamente a cadena perpetua por el más grave de la veintena de cargos que se les imputa a cada uno, el de tentativa de homicidio voluntario contra un agente de la fuerza pública.

Se les acusa de haber herido de bala en una mano a uno de los dos gendarmes que les persiguieron el 8 de junio de 2009 durante una rocambolesca fuga por carreteras secundarias del departamento de Lozère (sur).

Ese agente, Robin Champetier, y la que dirigía el equipo, la jefa de brigada Carole Bassompierre, se han constituido en acusación particular y su abogado -aunque no espera una condena a cadena perpetua- tiene intención de demostrar que los dos etarras dispararon a matar.

A Itziar Plaza (32 años) se le reprocha en particular ser la responsable del grupo de logística militar en el que estaban los otros dos encausados, encargada de la gestión de zulos y con misiones de formación, en especial sobre explosivos.

Ella ha sido condenada ya dos veces en Francia -a 12 años de cárcel en 2013 y a 18 meses el pasado 15 de marzo- y, además de este juicio, tiene pendiente su entrega a España para responder de su implicación en unos explosivos descubiertos en Portugal en junio de 2007.

En 2014 fue igualmente condenado a un año de cárcel Garitagoitia, por haber intentado fugarse durante un traslado de la prisión a un hospital en julio de 2013. Francia ha autorizado a ponerlo en manos de las autoridades españolas para que lo juzguen por dos hechos, uno de ellos una tentativa de asesinato.

Los tribunales franceses también han dado luz verde a tres euroórdenes contra Borrero por diversos atentados de la época en la que supuestamente formó parte del comando Hegoa, en el periodo 2007-2008.