​Cae un banda que hacía hasta 1.000 kilómetros diarios para robar por toda España

Se estima que han podido sustraer más de 700 móviles, con un valor superior a los 140.000 euros

Hasta 1.000 kilómetros diarios hacían los miembros de una banda que robaba en comercios de toda España y que han desmantelado la Guardia Civil y la Policía en una operación que se ha saldado con 9 detenidos y 27 delitos esclarecidos, entre ellos la sustracción de cinco toneladas de queso de cabra.


Ambos cuerpos han informado de este golpe a un grupo itinerante especializado en el robo con fuerza de establecimientos comerciales, sobre todo los de telefonía móvil, y del arresto de 9 personas, entre ellos los receptadores de las mercancías robadas.


Fue un robo en una tienda de móviles de Arriondas (Asturias) en septiembre de 2014 el que dio origen a las investigaciones. A este delito sucedieron poco después el intento de robo de un estanco en esa misma localidad y otro perpetrado en el interior de un domicilio del concejo de Piloña.

Los tres hechos tenían un elemento común: los delincuentes forzaban y fracturaban el bombín de la cerradura de las puertas mediante el método conocido como 'sacacorchos'.


Gracias a la colaboración ciudadana y a las primeras pesquisas se pudo identificar un vehículo, fundamental para localizar a los miembros de la banda, asentados en la periferia de Madrid.


Siete meses de investigaciones de ambos cuerpos han permitido poner fina a la actividad de unos delincuentes que primero se desplazaban para buscar establecimientos propicios. Lugares a los que pocos días después volvían para perpetrar el robo, sin que les importara tener que hacer hasta 1.000 kilómetros en un día entre ida y vuelta.


Era de madrugada cuando actuaban, en muchos casos utilizando medios técnicos para inhabilitar las alarmas y en todos forzando los cierres metálicos y violentando los bombines de las cerraduras con instrumentos propios de cerrajero.

Ya en el interior, se apoderaban de terminales móviles, accesorios para los teléfonos, tabletas, relojes y otros efectos. Se estima que han podido sustraer más de 700 teléfonos móviles, con un valor superior a los 140.000 euros, y tabaco por valor superior a los 77.000 euros.


No dejaban de forma inmediata la localidad elegida, sino que esperaban hasta la mañana para volver a Madrid, en un recorrido en el que desplegaban medidas de seguridad, como coches lanzaderas o cambios continuos de vehículos.

Otros objetos de deseo de estos cacos, además de las tiendas de telefonía móvil, eran estancos, bares y establecimientos de venta de productos agrícolas. Muchos de los objetos robados eran receptados por un hombre con tienda abierta en Madrid y que también ha sido detenido.


Además de los robos en Asturias, los investigadores han esclarecido otros en tiendas de telefonía móvil de Guardo (Palencia), Hellín y Tarazona de la Mancha (Albacete), Mota del Cuervo (Cuenca), en Laguna de Duero (Valladolid), Llerena (Badajoz), Peñarroya-Pueblonuevo y Palma del Río (Córdoba), Ciudad Rodrigo (Salamanca), Melide (A Coruña), Burela y Ribadeo (Lugo), Yecla (Murcia) y Alcalá la Real (Jaén).


También robos con fuerza en estancos las localidades de Saldaña (Palencia) y Elche de la Sierra y La Roda (Albacete). Se les imputa asimismo el robo a una óptica en Hellín, en dos establecimientos de bebidas alcohólicas en Guardo y uno de venta de maquinaria agrícola en El Tiemblo (Ávila).


Fruto de las pesquisas, se comprobó que habían robado en una quesería de Candeleda (Ávila), donde además de una furgoneta se apoderaron de 5.000 kilos de queso de cabra, puesto a la venta por los receptadores.


Durante los registros de los domicilios, los agentes intervinieron 80 teléfonos móviles, 21 gafas de sol y graduadas, 3 tablets, 2 ordenadores, 3 desbrozadoras, 2 martillos percutores, 8 frascos de colonia, 17 relojes, 1 cámara fotográfica, 22.000 euros, diversas joyas, 1 inhibidor de frecuencia y abundante herramienta especializada para la apertura de cerraduras.


Cuatro de los detenidos fueron puestos en libertad, mientras que para los cinco restantes -los autores de los robos y el principal receptador- la autoridad judicial decretó su ingreso en prisión.