España traslada a Venezuela su malestar por los "insultos y amenazas" de Nicolás Maduro

Las declaraciones del presidente latinoamericano no contribuyen a "un entendimiento" entre ambos ejecutivos.

Nicolás Maduro este miércoles.
Nicolás Maduro este miércoles.
Reuters

El Gobierno ha trasladado este miércoles a Venezuela su malestar y rechazo por los "insultos y amenazas" contra España de Nicolás Maduro al tachar a Mariano Rajoy de "racista" y ha asegurado que las declaraciones del presidente del país latinoamericano no contribuyen a "un mínimo entendimiento" entre ambos ejecutivos.


El Ministerio de Exteriores ha convocado al embajador venezolano en Madrid, Mario Isea, a quien ha trasladado el malestar y rechazo de España por las "intolerables" palabras de Maduro, que se produjeron después de que el Congreso aprobara una proposición no de ley que pide la liberación de políticos venezolanos encarcelados.


El presidente venezolano criticó esa resolución española y dijo que prepara un conjunto de "respuestas integrales" para "dar la batalla" a Madrid.

"Ya basta, basta, ¿hasta cuándo vamos a aguantar abusos, desprecios, racismo?", preguntaba Maduro al tiempo que afirmaba sobre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que "tiene racismo histórico, racismo social".

Mario Isea fue recibido en el Ministerio de Exteriores en Madrid por el director general de Iberoamérica, Pablo Gómez Olea, en un encuentro que apenas ha durado cinco minutos.


Gómez de Olea ha trasladado al embajador venezolano que este tipo de declaraciones e insultos "no contribuyen a un mínimo entendimiento entre dos gobiernos que representan a dos pueblos unidos históricamente por estrechos lazos", según ha informado el Ministerio de Exteriores a través de un comunicado.

El embajador de Venezuela, según esa nota, "ha tomado nota de estos mensajes y ha señalado que los comunicaría a sus autoridades".


El Ejecutivo de Rajoy ha insistido en que las autoridades españolas "han sido y serán siempre respetuosas de la dignidad de las personas que ocupan cargos de gobierno en Venezuela".


Las relaciones entre España y Venezuela volvieron a enturbiarse este miércoles después de que este martes el Congreso de los Diputados pidiera la liberación "inmediata" del líder opositor venezolano Leopoldo López, del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y de otros políticos del país encarcelados por el Gobierno de Nicolás Maduro.


Así figura en la proposición no de ley pactada por el PP y el PSOE, debatida en el pleno del Congreso, que reclama al Gobierno que lleve a cabo todas las iniciativas necesarias ante las autoridades de Venezuela y la comunidad internacional para lograr la puesta en libertad de estos líderes opositores. Respaldaron la iniciativa PNV, CiU y UPyD, mientras que Izquierda Plural, Amaiur, ERC y BNG expresaron su rotundo rechazo.


Nada más conocerse la aprobación el presidente de Venezuela criticó esa resolución y dijo que preparará un conjunto de "respuestas integrales" para "dar la batalla" a Madrid.


"Quiero tener buenas relaciones con toda España, con quienes gobiernan, quiero tener buenas relaciones con todos y con todas, pero ya basta, ¿hasta cuándo vamos a aguantar abusos, desprecios, racismo?", recalcó el presidente latinoamericano. Las palabras de Maduro han concitado el apoyo de la mayor parte de los partidos con representación parlamentaria.


El portavoz adjunto del PP en el Congreso Rafael Merino ha replicado a Maduro que en lugar de atacar a Rajoy lo que debe hacer es respetar los derechos humanos en el país y poner en libertad a los opositores encarcelados.

Desde el PSOE, la exministra y portavoz de Exteriores en la Cámara Baja, Trinidad Jiménez, ha señalado que su partido apoya la decisión del Gobierno de convocar al embajador de Venezuela y ha calificado sus palabras de "absolutamente inaceptables".


Unas palabras -ha insistido Jiménez- que "no ayudan nada" al diálogo, que considera importante para resolver "pacíficamente" cualquier tipo de enfrentamiento.


El diputado de la Izquierda Plural, Joan Josep Nuet, ha considerado que la acusación de racismo lanzada por Maduro contra Rajoy es excesiva, aunque piensa que es "normal y proporcionado" que el Gobierno venezolano esté enfadado.


Las relaciones entre España y Venezuela han pasado por una serie de desencuentros desde que en octubre Lilian Tintori, esposa del opositor Leopoldo López, preso por su supuesta responsabilidad en hechos violentos durante las manifestaciones antigubernamentales de 2014, fue recibida por Rajoy, en calidad de líder del PP.


Este encuentro provocó el malestar de Maduro, quien, dos días después, anunció que había ordenado revisar todas las relaciones de Venezuela con España.

El embajador venezolano en España fue entonces llamado a consultas por su Gobierno como muestra del malestar de Caracas por esa reunión de Rajoy con Tintori. Mario Isea volvió a Madrid a finales de febrero.


Este martes mismo, antes de la aprobación en el Congreso de la resolución sobre los opositores, el embajador dijo en un acto público que desea que los partidos españoles "no hagan el juego" a quienes buscan la impunidad y quedar en libertad sin ser enjuiciados por supuestos delitos de violencia y terrorismo callejero.


Hace sólo unos días 25 expresidentes iberoamericanos -entre ellos Felipe González y José María Aznar- firmaron la "Declaración de Panamá" en defensa de la libertad y la democracia en Venezuela.


Precisamente Felipe González se hará cargo de la defensa de los líderes opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, una decisión que fue respondida por diputados venezolanos con acusaciones de "injerencia" al expresidente español.