Luis García Montero: "Sueño con las mareas blancas y verdes en las instituciones"

El candidato ha aparcado la literatura durante un tiempo para dar "un paso al frente" con IU.

Luis García Montero
Luis García Montero
Efe

La política de hoy parece "un cubo de cangrejos", le advirtió un amigo a Luis García Montero cuando supo que el poeta quiere gobernar la Comunidad de Madrid, pero ha podido más "el compromiso" de este "militante" de IU: "Sueño con las mareas blancas y verdes en las instituciones para cambiar la sociedad".


El candidato, granadino nacido el 4 de diciembre de 1958, ha aparcado la literatura durante un tiempo para dar "un paso al frente" con IU e intentar resolver la "situación difícil" que vive la sociedad con un "compromiso ciudadano" similar al que movió a intelectuales "como Jovellanos, Machado, Neruda, García Lorca, Alberti...".


Luis García Montero ha explicado en una entrevista que quiere afrontar con IU este "momento convulso" de la sociedad en el que la política "está muy desacreditada" por culpa de los partidos mayoritarios que "han resultado inútiles para resolver los problemas de la gente".


Ahora, puesta la esperanza en el resultado de las elecciones del 24 de mayo, García Montero dedica sus "mejores sueños" a imaginar una "mayoría absoluta" que le permitiese a IU llevar a cabo el programa desarrollado conjuntamente con sus compañeros, y el "contrato social" que propone a sus votantes.


El García Montero político imagina "que las mareas blancas pudieran desarrollar sus aspiraciones de sanidad o que las mareas verdes las suyas en educación", y que la presencia de IU en el Gobierno significase "la presencia de los ciudadanos y de las mareas en las instituciones más que el protagonismo de los políticos".

En cualquier caso, sin soñar, el candidato lo tiene claro: aspira a acabar con la corrupción, "un problema muy grave en las instituciones madrileñas, y con "defender los servicios públicos, la la sanidad y la educación".


Y muestra sus credenciales: "Desde 1994, cuando me establecí en Madrid, siempre he estado en contacto con los movimientos de la calle, siempre he dado la cara cuando se cerraba una biblioteca, cuando unos enfermos no eran tratados en un hospital o en defensa de los compañeros maltratados de la educación pública".


Luis García Montero habla de la necesidad de una "regeneración democrática" para la cual es necesaria "la presencia de una fuerza de izquierdas con la historia y el programa de Izquierda Unida". Y aspira a que "el protagonismo de esa transformación lo tengan los ciudadanos".


Por otra parte, cree que la "incertidumbre" generada por la crisis "tiene el lado positivo de que las cosas pueden cambiar", ya que "las políticas realizadas en estos años por el Partido Popular y el PSOE, y la deriva de la democracia española, han hecho que la gente pueda pasarle factura al bipartidismo".

"Pero el lado negativo -reconoce- es ver cómo deriva esa incertidumbre, porque puede ser que las élites económicas encuentren la estrategia para que nada cambie".


De eventuales pactos postelectorales necesarios para gobernar, el candidato de IU a la Comunidad de Madrid cree que "hablar antes de las elecciones es complicado y antipático", aunque añade: "Lo tengo claro; todos los partidarios de una transformación de la sociedad madrileña y de cambio de rumbo, si hay posibilidades, tenderemos que sentarnos a hablar".


Al hilo de esta idea, dice: "Habrá que llegar a acuerdos que no signifiquen la traición de nuestros propios valores y de nuestra propia conciencia; me parecería más simpático un pacto de fuerzas progresistas para cambiar las instituciones de Madrid que no un arreglo para que continuasen gobernando los mismos".


El poeta echa de menos los años 80 de Madrid, "los años de la Movida, cuando la capital era referencia mundial", y añora hoy para la capital y su periferia un retorno "a otro tipo de rumbo", con "el tejido cultural, cívico, muy atractivo de Berlín, con su conciencia de lo público", y con la pluralidad cultural "seña de identidad" de París.


La entrevista ha tenido lugar en el Ateneo de Madrid, en el despacho que ocupó su secretario entre 1913 y 1920, el presidente Manuel Azaña, y al enterarse García Montero de este detalle le falta tiempo para exclamar: "¡A ver si me da suerte!".