Representantes de 36 países de la UE y de la ribera sur del Mediterráneo participan este lunes en Barcelona en una cumbre, marcada por la amenaza yihadista. Intervendrán los 28 países de la UE junto a Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Palestina, Israel, Jordania y Líbano. Sólo faltarán, por razones de inestabilidad interna, Siria y Libia. Se trata de la primera reunión de ministros de Exteriores de la UE y de la ribera sur del Mediterráneo desde el año 2008.

El conflicto entre Israel y Palestina ha dificultado la convocatoria de este encuentro. De hecho los delegados de Israel y Palestina estarán sentados en mesas separadas durante las sesiones de trabajo, que tendrán tres ejes que son centrales hoy en día en las relaciones internacionales: buscar líneas de cooperación para luchar contra el terrorismo islámico, la inmigración y la energía.

La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, y el comisario europeo de política de Vecindad y de Ampliación, Johannes Hahn, presidirán el encuentro, junto al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que pronunciará el discurso inaugural. También intervendrá el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en su calidad de anfitrión.

Se espera la asistencia a la cumbre a la mayoría de los ministros de Exteriores de los 36 estados, incluido el de Marruecos, Salahedín Mezuar. Y es que, la cita llega en plena polémica entre el Gobierno español y el del reino Alauita por la gestión del rescate de los tres espeleólogos españoles en los Atlas, en el que dos de ellos perdieron la vida, y por la decisión del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz de procesar a once altos cargos del Gobierno marroquí por cargos de genocidio en el Sáhara Occidental.

La medida dejó «asombrado» al Ministerio de Exteriores marroquí, justo en un momento en que las relaciones bilaterales se encuentran en «una de sus fases más serenas y más prometedoras», según el Gobierno norteafricano. La propia vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa del viernes tras el Consejo de MInistros, trató de pasar de puntillas por ambos asuntos y rebajar la tensión para no perjudicar las relaciones con Rabat, socio de Madrid en la lucha contra el yihadismo o la inmigración ilegal.

La celebración de la reunión viene marcada además por la intención mostrada por la UE de revisar sus políticas de vecindad, tanto al este como al sur. El debate se articulará mediante dos mesas paralelas, una presidida por Mogherini y la segunda por el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. La delegación española pone un especial interés al análisis de políticas comunes en la lucha contra el yihadismo, después de los atentados sufridos este año en París (enero), Copenhague (febrero) y el museo del Bardo en Túnez (marzo) o el aumento de las detenciones en España.

Las últimas se produjeron la semana pasada en distintas poblaciones catalanas. Los Mossos desarticularon un comando formado por once presuntos terroristas que estaban preparados para cometer un atentado en Barcelona. De ahí que la reunión de la capital catalana ponga el foco en la inestabilidad del Mediterráneo y la creciente amenaza del terrorismo yihadista y del Estado Islámico. La propia amenaza yihadista tendrá en alerta a los cuerpos policiales, que desplegarán un intenso despliegue en la Ciudad Condal.