Rosa Díez ya tiene quien le dispute el liderazgo, Irene Lozano da un paso al frente

Lozano encabezará una candidatura alternativa en el congreso extraordinario del próximo mes de junio.

Rosa Díez, de rojo a la izquierda, y Lozano, de blanco a la derecha
Rosa Díez ya tiene quien le dispute el liderazgo, Irene Lozano da un paso al frente
Efe

Rosa Díez ya tiene quien le dispute el liderazgo en UPyD, la diputada Irene Lozano ha dado este miércoles un paso al frente al anunciar que encabezará una candidatura alternativa en el congreso extraordinario de junio en el que la formación magenta pondrá sobre la mesa la revisión de su estrategia y de su dirección.


Después de abandonar la dirección del partido hace un par de semanas junto con su compañero Álvaro Anchuelo, con quien también contará en este viaje, y otros, Lozano ha decidido "dar la batalla" para arrastrar a toda la gente de UPyD que piensa que ha llegado el momento de dar una vuelta integral al partido, aunque ha dejado en el aire si eso implica un acercamiento a Ciudadanos.


Espera contar en este proyecto con Toni Cantó, que este martes dejó su escaño y abandonó como candidato a la Generalitat Valenciana, y con todos aquellos dirigentes y militantes que quieren impedir que el partido acabe deshaciéndose.


Una posibilidad ya no tan remota teniendo en cuenta que en dos días se han intervenido tres organizaciones territoriales, -este martes Andalucía y este miércoles Asturias y Castilla León- donde se han nombrado gestoras.


Si en Andalucía y en Castilla León ha sido la acumulación de dimisiones en los respectivos consejos territoriales lo que ha llevado a la dirección a intervenir, en Asturias lo ha hecho por considerar que se están saltando las decisiones adoptadas por el Consejo Político, después de rechazar su línea política y su negativa a buscar pactos con el partido de Albert Rivera.


Exactamente lo mismo que puede pasar en Aragón, donde hay muchas probabilidades de que antes de que termine la semana acaben también tomando las riendas de una organización territorial empeñada en someter a la militancia si aliarse o no con Ciudadanos, en contra de la resolución del Consejo Político, respaldada por más del 60 por ciento de sus integrantes.


Bajan por tanto muy revueltas las aguas en UPyD, donde Rosa Díez sigue esquivando la palabra crisis, aunque si ha habido un miembro de su estrecho círculo, la jefa de la delegación en Bruselas, Maite Pagazaurtundua, que, por primera vez, ha reconocido que su partido tiene problemas.


Y como los tiene, ha puesto los medios para resolverlos, ha insistido al referirse al congreso extraordinario convocado después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, en las que espera que los ciudadanos den a UPyD una segunda oportunidad para poder seguir en la política.


Desde el convencimiento de que la formación magenta es necesaria en este nuevo tablero que se ha configurado, sí ha sido capaz de admitir, al contrario que otros miembros de la actual dirección, que UPyD ha cometido errores, a su juicio más tácticos que estratégicos, que hay que revisar y enmendar.


Sin concretar que ha podido fallar, Pagazaurtundua ha admitido que no se ha sabido conectar con los ciudadanos, algo que ha quedado meridianamente claro a la vista están los pésimos resultados de UPyD en Andalucía, que no sólo no ha conseguido entrar en el Parlamento autonómico sino que han perdido más de cincuenta mil votos.


Y en este contexto tan desastroso, ve normal que se cuestione el liderazgo de Rosa Díez y de toda la cúpula ya que quedan menos de dos meses para las elecciones de mayo, una cita clave que marcará lo que puede pasar en las generales previstas para final de año.


En medio de todas estas turbulencias sobrevenidas por la debacle andaluza, hay otro personaje que saca pecho, el eurodiputado Enrique Calvet, que quiere erigirse en portavoz de toda esa marea crítica que está sacudiendo UPyD.


Tanto él como su compañero en Bruselas, Fernando Maura, fueron suspendidos cautelarmente de militancia en plena Semana Santa por sus reiteradas negativas a acatar las normas de funcionamiento interno y votar habitualmente con Ciudadanos.


Calvet, que lleva meses atacando a Rosa Díez y pidiendo su cabeza, ha sido hasta el momento una voz ignorada y despreciada por otros sectores críticos debido a su comportamiento en Europa, aunque ahora, aprovechando el tirón de la crisis puede que se haga escuchar y, de momento, ha convocado a todos los que demandan la regeneración de UPyD a una reunión el fin de semana para "reflotar" el partido.