"Se escuchaban los golpes del piloto intentando abrir"

El padre de uno de los aragoneses fallecidos relata la reunión previa con el procurador de Marsella.

Eduardo Ruiz, padre de un aragonés fallecido en el accidente aéreo en los Alpes, confirmó a HERALDO DE ARAGON que el procurador de la zona de Marsella les explicó que había sido un atentado, obra del copiloto, que llevaba 100 horas de vuelo e impidió al piloto que regresara a la cabina después de salir del baño.


“Nos ha dicho que se escuchan en la caja negra los golpes del piloto intentando abrir la puerta. El copiloto es un alemán llamado Andreas Lubitz, quien desconectó la maniobra del piloto automático. Por eso fue bajando la altura a esa velocidad de 11.000 a 2.000 metros en ocho minutos. Iban a una velocidad de 700 kilómetros por hora”, detalló Eduardo Ruiz.


Para las familias ha sido un golpe tremendo reconocer que el copiloto quiso estrellar el aparato, si bien no les han informado si tenía alguna ideología determinada. “He volado mucho y desde el principio pensé que era un atentado porque no se puede perder la altura a esa velocidad”, confirmó Eduardo Ruiz, que se dirigía ahora a la zona cero donde están los equipos de rescate. Estaban muy agradecidos por el tratamiento de las autoridades francesas sobre la información que les han dado. “Lamentablemente, he pensado que era un islamista, pero todavía no sabemos nada más...”, agregó el padre de la víctima aragonesa.