Una sentencia judicial prohíbe las mascotas en un edificio de viviendas de La Coruña

El denunciante es un vecino con cinófobia, fobia a los perros, por lo que Noa vive ya en otra casa.

Irene Ventura es una vecina de 26 años residente en Sada, La Coruña. Hasta hace unos días, vivía en su casa con Noa, una pequeña perra de 9 años y que no llega a pesar 6 kilos. Su dueña asegura que no ladra, y que para no causar ningún tipo de molestias a los demás vecinos, ha aprendido a hacer sus necesidades en el terrario de un gato en el interior de su casa.


Sin embargo, un vecino que asegura tener cinofobia (miedo a los perros), ha denunciado a Irene, y la Audiencia Provincial ha fallado a su favor, por lo que Irene se ha tenido que desprender de su mascota que ya vive en casa de unos amigos.


Tal y como informa 'La voz de Galicia', la comunidad de propietarios en la que vive Irene, tiene un régimen interno por el que se prohíbe la tenencia de cualquier tipo de mascotas tanto en el interior como en el exterior de los apartamentos, debido a las molestias que pudieran ocasionar los animales, la suciedad o el peligro hacia las personas.


El vecino en cuestión, decidió denunciar a la dueña de Noa, quién inició una recogida de firmas en la plataforma Change.org para cambiar la normativa del vecindario y permitir a Noa seguir viviendo en su hogar. La plataforma cuenta ya con 16.625 firmas a favor.


Además, Irene ha conseguido el voto de 6 de los 22 vecinos para cambiar la normativa interna de la comunidad y espera obtener el apoyo suficiente para cambiar la norma en la próxima junta general extraordinaria que se celebrará en la comunidad esta semana.


Mientras tanto, Irene visita a su mascota diariamente: "Me siento muy angustiada porque han trastornado totalmente mi hogar. Mi perra es mi hogar, es mi familia. Yo confío en que se cambie la norma. Si no se hizo hasta ahora fue porque consideramos que no hacía falta y podría servir si se diese el caso de algún animal que causase realmente molestia".


Irene asegura que si no consigue cambiar el reglamento, acudirá a los tribunales y denunciará a la comunidad, ya que las normas son sólo de cumplimiento externo y no regula laz zonas internas de las viviendas. Además, afirma que en la misma comunidad, hay vecinos con mascotas en sus hogares, y que vecinos que acuden a la comunidad en verano, lo hacen con sus perros, por lo que está convencida de que todo se trata de un asunto personal