Liberan a un discapacitado que era esclavizado en Sevilla

Permanecía encerrado bajo amenazas y agresiones. Solo comía pan duro y agua una vez al día.

La policía nacional ha liberado en Olivares (Sevilla) a un joven con discapacidad que se encontraba recluido y que estaba siendo explotado laboralmente tras haber sido captado en Rumanía, su país de origen, y trasladado a España para obligarlo a trabajar en el campo.


La víctima estaba encerrada en una vivienda de esta localidad sevillana, donde era retenido bajo amenazas y agresiones, permitiéndole comer tan sólo una vez al día pan duro y agua, según sus manifestaciones.


De estos hechos ha informado este miércoles la policía en una nota, en la que ha añadido que dos compatriotas suyos, que también estaban retenidos, consiguieron zafarse de sus secuestradores y avisar a la policía.


Los agentes han detenido a los cuatro captores de una misma familia por un delito contra la trata de seres humanos.


La investigación se inició a raíz de la denuncia de dos personas de nacionalidad rumana que decían haber sido secuestradas por los miembros de una organización y que habían aprovechado el día de Navidad, cuando sus captores se encontraban en estado de embriaguez, para escapar y llegar a Sevilla.


Habían estado retenidos junto con otro compatriota, que no había conseguido huir, de una vivienda de Olivares.


Los miembros del grupo de secuestradores, todos de la misma familia, les habían propuesto venir a España para trabajar.


Habían sido captadas en su país de origen con falsas promesas de trabajo en España donde desempeñarían labores agrícolas como recogida de fruta o poda de arboleda a cambio de unos 700 euros al mes, incluidos alojamiento y manutención.


Los billetes de autobús para llegar a nuestro país eran pagados por la organización, que designaba a una persona distinta a quien realizaba la labor de captación para acompañar a las víctimas durante todo el trayecto para asegurar así su llegada.


Una vez en Sevilla, fueron trasladados a Olivares, donde les requisaron su documentación y los encerraron en una cuadra para animales sin ventanas y con unas condiciones infrahumanas teniendo que soportar bajas temperaturas y comiendo tan solo una vez al día pan duro y agua.


Las dos víctimas, que habían conseguido escapar, fueron obligadas a robar naranjas, que luego sus captores vendían para obtener un beneficio económico, mientras que la tercera víctima, un joven con discapacidad física y psíquica, era utilizado dentro del hogar al servicio de los miembros de la red.


Durante días tuvieron que soportar vejaciones y amenazas de los integrantes de la organización, mediante el uso de palos y un sable.


Con los datos aportados por las víctimas que consiguieron escapar los agentes iniciaron un operativo en el que consiguieron liberar a la otra víctima, que aún se encontraba secuestrada, y detener a los integrantes de esta red, como autores de delitos de trata de seres humanos, detención ilegal, amenazas, coacciones, tenencia ilícita de armas y pertenencia a grupo criminal.


Esta operación se enmarca dentro del Convenio de Colaboración entre el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y el Ministerio del Interior, sobre coordinación entre la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en materia de lucha contra el empleo irregular y el fraude a la Seguridad Social, suscrito en abril de 2013.