"Fueron sentimientos contradictorios: el dolor de la despedida y el orgullo"

Don Juan Carlos habla por primera vez de cómo se gestó y se llevó a cabo su abdicación en la revista ‘XL Semanal’, que se publica este domingo.

Abrazo entre Don Juan Carlos y Don Felipe tras la firma de la ley de abdicación
"Fueron sentimientos contradictorios: el dolor de la despedida y el orgullo"
Agencias

"Nos vamos, ¿no? Se lo preguntó dos veces, como si necesitara reafirmar el permiso para marcharse. Su hijo hizo un gesto de asentimiento. Él giró su cuerpo maltrecho, castigado por los años, dolido a causa de los accidentes, la cadera tantas veces rota y las ‘visitas al taller’, y entró en la penumbra del palacio, que era la penumbra de la historia. Se apoyó en su bastón y se desvaneció tras aquella puerta que daba al balcón de la plaza de Oriente". Estas frases, que reproducen la escena de la nueva Familia Real saludando al completo en el palacio Real el pasado 19 de junio, son una pequeña parte del extracto en exclusiva del libro ‘Juan Carlos I. El hombre que pudo reinar’, que lleva la firma del periodista Fernando Ónega, que este domingo publica la revista dominical de HERALDO, ‘XLSemanal’.


Esta es la primera vez que don Juan Carlos habla en un medio de comunicación tras su abdicación del pasado 18 de junio -un día antes de la proclamación de Felipe VI como Rey de España-. Hasta la fecha, en estos seis meses se han escuchado a quien fuera durante casi cuatro décadas jefe de Estado breves declaraciones que no han ido más allá de "estoy bien", "encantado de volver a veros" o, como mucho, lo bien que creía que lo estaba haciendo su hijo en el estreno del reinado.


Pero nunca se ha llegado a saber qué pasó por la mente de don Juan Carlos tras firmar su abdicación. Hasta ahora. "Fueron sentimientos contradictorios: el dolor de la despedida y el orgullo; la pena de pensar que me retiro y el orgullo de un padre de ver a su hijo allí", le desveló don Juan Carlos a Fernando Ónega en las cuatro horas de diálogo que mantuvieron en Zarzuela en la que supuso la última entrevista del Rey emérito en el despacho que ocupó durante 39 años, antes de cedérselo a su hijo y trasladar su mesa de trabajo al palacio Real.


En la exclusiva que mañana lleva en portada ‘XLSemanal’ se descubre cómo y cuándo se gestó la abdicación, quiénes participaron y a quiénes se hizo partícipe de ella e, incluso, por qué tuvo que adelantarse el anuncio al 2 de junio respecto a la fecha inicialmente prevista: había dos personas "ajenas a los trabajos" que conocían o intuían lo que iba a suceder.Se temió por su vida


Asimismo, en el reportaje de diez páginas, don Juan Carlos explica por qué los dos momentos fundamentales de su vida son cuando Franco lo designó "sucesor a título de rey" y el intento de golpe de Estado del 23-F, del que aporta opiniones hasta ahora desconocidas.


¿Qué le quitaba el sueño a don Juan Carlos en los primeros años de reinado? ¿Por qué se llegó a temer por la vida del Rey antes de su última operación de cadera? ¿Cómo es la actual vida del monarca emérito? Son preguntas con respuesta en la crónica de la abdicación que llega a los quioscos con un ‘XLSemanal’ que despide 2014 con un repaso en imágenes de lo que fue noticia estos últimos doce meses."Modélico relevo"


Precisamente ayer, en su discurso, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, alabó el "modélico relevo" en la Jefatura del Estado y reconoció la "entrega" de don Juan Carlos hacia los españoles. Sin embargo, no quiso hablar de la imputación de la Infanta porque considera que como jefe del Ejecutivo no debe entrar en "esos temas".


"Una vez más", Rajoy reconoció al Rey "su entrega para con los españoles durante tantos años" y felicitó a Felipe VI por el "excelente desempeño de sus funciones durante los primeros meses de su reinado", como se ha podido "constatar hace unas horas con su primer mensaje navideño". El presidente del Gobierno, sin embargo, declinó comentar el contenido de ese discurso respecto de las alusiones a Cataluña. Se limitó a afirmar que le habían parecido "muy bien" la alocución, aunque como jefe del Ejecutivo cree que no debe comentarlas ni entrar en ellas.