Continúan las ruedas de reconocimiento del presunto pederasta de Ciudad Lineal

Se someterá, entre otras diligencias, a más ruedas de reconocimiento con las víctimas.

Pederasta de Ciudad Lineal
Continúan las ruedas de reconocimiento del presunto pederasta de Ciudad Lineal

El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, ha llegado a los juzgados de Plaza de Castilla pasadas las nueve de la mañana para someterse, entre otras diligencias, a más ruedas de reconocimiento con las víctimas.


Antonio Ortiz ha llegado a los juzgados a bordo de un furgón de la Guardia Civil procedente de la cárcel de Soto del Real, al igual que ocurrió ayer.


El lunes permaneció en las dependencias judiciales desde las 09.00 hasta las 19.30, tiempo durante el cual se practicaron varias ruedas de reconocimiento y toma de testimonios, según han confirmado hoy fuentes jurídicas, que no han aportado más detalles.


La titular del Juzgado de Instrucción número 10, María Antonia de Torres, decretó el secreto de las diligencias y posteriormente expresó su malestar por las filtraciones a la prensa que se produjeron, por lo que estas diligencias se practican de la manera más secreta posible.


De hecho tanto ayer como hoy se han colocado biombos en la puerta del juzgado para que no se vea la entrada y salida de las personas que acceden al mismo.


Hoy está previsto que se lleven a cabo más ruedas de reconocimiento para que las menores identifiquen al presunto pederasta, así como la toma de testimonios, según las fuentes.


Los funcionarios han introducido al menos una cámara fotográfica y otra de vídeo para grabar las diligencias que se practiquen, de manera que sean pruebas preconstituidas de cara al futuro juicio y no tengan que repetirse las identificaciones ni las declaraciones.


Al igual que ayer, a los Juzgados de Plaza de Castilla han accedido varios hombres musculados y con características similares a las de Antonio Ortiz, supuestamente para participar en las ruedas de reconocimiento junto a él.


En éstas las menores ven a al menos cinco hombres, de características similares y con un número cada uno, entre los que tienen que señalar a su agresor.


El presunto pederasta nunca se cruza con las víctimas, ya que las menores están en otra sala y le contemplan a través de un cristal por el que no les puede ver su presunto agresor.