La mitad de los hijos de los inmigrantes se sienten españoles

El 81% ha nacido en España y el 40,7% llegaron al país cuando eran niños.

La mitad de los hijos de los inmigrantes se identifican como españoles, tasa que se eleva al 81% cuando se trata de nacidos en España y cae al 40,7% entre los que llegaron al país de niños, según un estudio de Obra Social la Caixa' que destaca como muy positivo el proceso de integración de las segundas generaciones en los últimos años.


  El trabajo, presentado por su coautora, la investigadora del Instituto Universitario José Ortega y Gasset Rosa Aparicio, y el director General de la Obra Social 'la Caixa', Jaime Lanaspa; es fruto del mayor estudio sobre segundas generaciones realizado en España y está basado en una metodología ya empleada en un análisis similar en Estados Unidos.


  En total, ha recabado información sobre 7.300 jóvenes hijos de inmigrantes y nativos entre 12 y 17 años de edad residentes Madrid y Barcelona en dos oleadas, 2008 y 2012, haciendo un seguimiento de los individuos y remplazando a aquellos que resultaron ilocalizables. Incluye también una muestra de 1.800 padres de estos adolescentes.


  Entre sus resultados, destaca que el sentimiento de pertenencia de los hijos de los extranjeros a España se ha incrementado con sus años de residencia en el país: en 2008 se sentía de aquí el 77,7% de los nacidos en España y el 22,1% de los procedentes de otro país, frente al 81 y el 43,6% de 2012, respectivamente.


  Sobre este asunto, Aparicio ha explicado que en Estados Unidos un 85% de los hijos de inmigrantes se siente de ese país, tasa más elevada que se explica porque "identificarse como norteamiricano significa hacerlo con una sociedad moderna y de progreso y todos quieren sentirse parte de aquello". "En España no es que haya un rechazo, es que no se da esa sensación", ha señalado.


  Las tasas de pertenencia son similares en las dos ciudades, entre géneros y entre modelos educativos y dependen además del estatus social (20% más en niveles altos) y del bajo sentimiento de rechazo que perciben de la sociedad: sólo un 5% de los hijos de los inmigrantes dice haber sufrido discriminación, aunque la tasa entre sus padres es del 26% y entre los adolescentes españoles nativos, del 6,1%.


  "Estos datos indican un proceso de adaptación generalmente positivo y una convergencia psicológica y cultural entre hijos de inmigrantes e hijos de nativos. En España, no hay indicios de rechazo cultural o identidades reactivas mayoritarias entre los inmigrantes o sus hijos", explica el estudio.


  Otro de los datos que ha destacado la investigadora es el bajo índice de conflictividad entre los hijos de inmigrantes, muy similar al de los adolescentes nativos. El 78,4% de los primeros y el 76,5% de los segundos no presentan ningún indicador de integración problemática, como son abandonar el hogar familiar, haber sido detenido o encarcelado, tener hijos a esta edad, abandonar los estudios o estar en paro y sin estudiar.


  Entre los hijos de los extranjeros, destacan con las tasas más bajas los descendientes de peruanos y de chinos, que son "los que muestran menores tendencias a la asumuilación descendente" con un coeficiente

"particularmente notable que corroboda que este grupo evita cualquier incidente".La brecha educativa no es tan alta


  La investigadora ha incidido además en que el estudio contradice ciertos tópicos sobre la escolarización de las segundas generaciones, como la creencia de que "lastran los resultados" académicos de las aulas donde están presentes en una proporción mayor. La nota media de los matriculados en cualquier curso era en el momento de la encuesta de 6,15 entre los hijos de inmigrantes frente al 6,54 de los nativos.


  En cuanto al tipo de estudios, más de un tercio de los matriculados estaban en 2012 tratando de terminar la ESO -llevaban cierto retraso-, o cursaban programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). Mientras, el 44,1% estaban en Bachillerato o en cursos de Formación Profesional Superior y el 4,7% habían ya accedido a estudios universitarios.


  Al igual que entre los españoles, tienen mejores notas las mujeres (3%), quienes ya en la adolescencia temprana tenían la ambición de llegar a la universidad (6% más) o conseguir un posgrado (10% más) y los que conocen el español (3% más). Baja, asimismo, entre los que tienen más edad de la correspondiente a su curso (10% menos). Los mejores resultados los tienen los hijos de rumanos (un 4% más de nota media) y, los peores, los de Guinea Ecuatorial, con una desventaja del 12%.Los chinos son la excepción


  Respecto al abandono escolar, que se mide sobre cuántos de los encuestados en 2008 seguían escolarizados en 2012, la tasa media se sitúa en un 15% aunque se dispara hasta el 32% entre los hijos de chinos porque, según Aparicio, tienden a trabajar a edades más tempranas en las oportunidades que brindan los negocios familiares. De hecho, sólo el 39% de los estudiantes consideran muy importante tener buenas notas, algo determinante para el resto de adolescentes. Sin embargo, los que siguen estudiando tienen más éxito académico que el resto.


  "La situación de los chinos es bastante notable no sólo por lo que ocurre en España en relación a los otros colectivos sino por lo que ocurre en comparación con otros países", ha añadido la investigadora, para explicar que en Estados Unidos es el colectivo que tiene "más ambición de logro académico" y "el más exitoso, probablemente porque el contexto influye". "En España ven que los estudios no les van a servir de mucho y siguen por otro camino", ha apostillado.    


  No es la única particularidad de los chinos que viven en España: junto a las menores tasas de conflictividad, mayores tasas de abandono escolar y mayor presencia en el empleo (1,58 veces más que la media) entre los hijos, figuran también el mayor índice de sentimiento de discriminación (un 75% frente al 26% de media) y el nivel más bajo de satisfacción con la educación de sus adolescentes (60% en comparación con el 87,4% de media), entre los padres.


  En general, los niveles de empleo entre los hijos de inmigrantes es superior a la de los nativos en estas edades, con un 12% frente a un 9,1%. De quienes estaban trabajando en el sondeo de 2012, sólo el 22,5% lo hacía a tiempo completo. El 52,2% estaba sin contrato y el 73,6% percibía menos de 600 euros mensuales, aspectos estos que son similares entre los chicos españoles. Destaca la situación de los chicos de Guinea Ecuatorial: la probabilidad de tener un trabajo con ingresos relativamente altos es 13 veces menor para los subsaharianos.