El PP, único gran partido europeo sin candidato aún

González Pons entra en campaña y asegura que si gana el PSOE en mayo "volverá la crisis".

Los ministros, de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete (i), y de Hacienda, Cristóbal Montoro (d), durante la primera reunión del año del Comité Ejecutivo Nacional del PP
Hacienda estudiará la tributación de las familias en la próxima reforma tributaria

A menos de tres meses de las elecciones europeas, Mariano Rajoy continúa deshojando la margarita sobre quién será el candidato del PP en los comicios del 25 de mayo. Una flor a la que, en teoría, solo le queda un pétalo, el ministro Miguel Arias Cañete. "Todo hace indicar que será él, pero al ministro nadie le ha comunicado nada", explican fuentes cercanas al titular de Agricultura.


Los inescrutables tiempos políticos de Mariano Rajoy, tan alabados como criticados por la cúpula popular, convierten en esta ocasión al PP en la única gran formación conservadora que aún no ha designado de manera oficial a su candidato en toda Europa. Todo el partido aguarda la 'fumata blanca'. "No hay nada nuevo", confesó este lunes Esteban González Pons, vicesecretario general de Ideas y Programas del PP.


Se limitó a decir que el designado se conocerá "en torno" al congreso que celebrará el PP Europeo (PPE) entre el 6 y 7 de marzo en Dublín. Rajoy podría comunicar su decisión en la capital irlandesa o durante el comité ejecutivo nacional del PP que se celebrará el 10 de marzo.


En el cónclave de Dublín se elegirá, por primera vez de manera directa, el aspirante de todas las formaciones de la derecha del continente. En la actualidad se han postulado tres aspirantes, ninguno de ellos español. Se trata del exprimer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, el letón Vladis Dombrovski o el comisario y exministro francés Michel Barnier. Rajoy, que aterrizará el jueves en Dublín tras participar en el Consejo Europeo extraordinario convocado para abordar la crisis en Urcrania, aún no ha decidido a quién votarán los 58 delegados del PP español de un total de 851 delegados populares europeos. En realidad la cifra se podría reducir a 56 porque hay que descontar a Alejo Vidal-Quadras, que recientemente pidió la baja en el PP para intregarse en Vox, y a Jaime Mayor Oreja, actual portavoz del grupo popular en el Parlamento europeo, que tampoco está previsto que acuda.


Pons dejó entrever que Rajoy no dará la batalla para que un español sea el líder de los conservadores europeos porque, a su juicio, el partido europeo no tiene ninguna deuda con nuestro país. De hecho, recordó que el secretario general de esta formación es Antonio López-Isturiz. Por el contrario, el PP entiende que quien "tiene una deuda con España de representación institucional" es la Unión Europea. Y Rajoy quiere lograr réditos como la presidencia de una de las Comisarías consideradas clave y la presidencia del Eurogrupo, entre otros organismos.

Contentar a la mayoría


La ausencia del cabeza de cartel impide que la maquinaria electoral del PP comienza a tensionarse como lo ha hecho la del PSOE tras el nombramiento de Elena Valenciano. A falta de número uno, Pons, que se autodescartó como candidato, alertó de que el PP considera clave la próxima cita con las urnas porque si gana el PSOE "volverá la crisis"porque "volvería con ellos la incertidumbre y la desconfianza".


Pons negó que el PP esté dando un giro a la derecha con la ley de seguridad ciudadana, la reforma de la del aborto o el endurecimiento de la lucha contra la inmigración irregular, para intentar contentar a su electorado más conservador ante los comicios del 25 de mayo. "De cara a unas elecciones -apostilló- lo peor es dar un giro para contentar a un sector porque la clave es contentar a la mayoría de los ciudadanos". En su opinión, todas las decisiones que ha tomado el Ejecutivo obedecen al "mandato de sus electores".


Por parte española acudirá a Dublín también una representación de Unió Democrática, el partido que preside el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida. Pons descartó que se generen situaciones complicadas por el debate soberanista.