Partido socialista

Patxi López: "Nuestro viejo partido se está convirtiendo en un partido viejo"

Ha anunciado que el PSE abordará una "profunda" reforma "de ideas, de propuestas, de organización y de personas" a partir de enero o febrero.

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EFE

El líder del PSE-EE, Patxi López, ha admitido que el PSOE se ha convertido en un "partido viejo" que está perdiendo contacto con la ciudadanía, al tiempo que ha planteado la necesidad de los socialistas vascos de renovar su discurso político y su estructura organizativa. 


López ha transmitido este mensaje en su intervención ante el Comité Nacional del PSE reunido en Bilbao para analizar los resultados de los comicios vascos del pasado día 21 y avanzar cuál debe ser el futuro de su formación.


"Hoy nuestro viejo partido se está convirtiendo en un partido viejo. Una organización que se está encontrando con límites que no puede traspasar. No estamos consiguiendo que nueva gente se involucre en el proyecto socialista", ha dicho en tono autocrítico al referirse al PSOE.


En este contexto, el lehendakari en funciones ha anunciado que el PSE abordará una "profunda" reforma "de ideas, de propuestas, de organización y de personas" a partir del congreso regional que convocará en enero o febrero de 2013.


Patxi López, en el cargo de secretario general del PSE desde 2002, confirmó dos días después de las elecciones autonómicas que se presentará a la reelección.


Tras el mal resultado en las urnas, en las que los socialistas vascos han perdido más de 100.000 votos y nueve escaños, López ha reconocido que la organización del partido y "partes" de su discurso político "se están quedado en algunos aspectos caducas".


Ha considerado "urgente" abordar tres ámbitos de discusión en este proceso de reforma: la prioridad del estado del bienestar ante los recortes, la democracia y la participación ciudadana y el autogobierno.


El secretario general del PSE ha hecho un llamamiento a los cargos del partido para volcarse con la ciudadanía: "Menos despachos, menos burbujas, menos encierros y más calle, que para eso hemos recuperado la libertad".


"Quiero que el partido se multiplique en la calle", ha enfatizado López ante la necesidad de recuperar "cercanía y credibilidad" ante los ciudadanos.


A su juicio, los responsables del PSE, entre los que se ha incluido, tienen que "trabajar más para el partido" y ocuparse "en exclusiva" de este tarea, por lo que se ha inclinado por analizar "qué puestos deben ser incompatibles".


Ha opinado que el partido debe abrirse a la participación no solo de los militantes, sino de todos los progresistas, para "sumar a otras personas con otras miradas, propuestas, acentos e ideas".


"Debemos deshacernos de la imagen preconcebida de que quienes piensan que nuestro partido es una estructura opaca, anquilosada, poco transparente, aunque no sea verdad", ha dicho.


"Si tenemos que hacer más, lo haremos. Si tenemos que hacer más para ser el verdadero instrumento de la gente progresistas de este país, tendremos que hacerlo", ha remachado.


En alusión al sector crítico del PSE de Álava, López ha afirmado que "es tiempo de unidad, no de enfrentamientos internos, ni del protagonismo individual que busca minutos de gloria".


Frente a los intentos de "la derecha, de los nacionalismos y del izquierdismo irresponsable" de "desvirtuar" el sistema democrático, el líder del PSE ha defendido cualquier proyecto que se aborde desde el respeto a las leyes y a las instituciones.


Ha reiterado que "no hay ningún texto sagrado" y que "todo se puede cambiar", pero "respetando siempre el camino acordado para hacerlo".


López ha tildado de "auténtica barbaridad" que un gobernante diga que hará una cosa "con la ley o sin la ley".


Actuar de este modo abocaría al país a "la ley de la selva y la ley del más fuerte".


Para levantar el ánimo de los dirigentes, López ha reivindicado el legado que deja su gobierno que, a su entender, "quedará impreso en la historia porque ha cerrado un tiempo y ha abierto otro" tras el cese de la violencia de ETA.


También ha considerado que la etapa del PSE en el poder ha sido la de "la tranquilidad y la normalidad, sin enfrentamientos ni conflictos identitarios".