El presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy, ha proclamado que España "es mucho más, infinitamente más que una crisis" y ha advertido de que es la "unidad" la que permitirá al país "salir" de la difícil situación actual e iniciar el camino del "bienestar y del crecimiento". Por ello, frente a planteamientos soberanistas como el catalán, ha insistido en que se precisa "estabilidad" y "no jugar con la Constitución y los estatutos".

"Firmes en nuestros valores y en la unidad, no hay crisis que nos pueda doblegar, ni éxitos que no podamos repetir, ni futuro que no esté a nuestro alcance", ha sentenciado Rajoy, en un acto con más de 250 personas en La Coruña en el que ha pedido el voto para el candidato popular a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que no le ha acompañado, como tampoco lo hizo en el recorrido que le llevó este sábado por varias localidades lucenses.

Ante los suyos, el jefe de filas del PPdeG ha rechazado cambiar las "reglas del juego" y ha reivindicado "la esencia y el ideario" de su partido, que "siempre ha dado la batalla" ante situaciones "difíciles". Ahora, ha admitido que el país vive una de ellas y se ha reafirmado en que lo que va a permitir a España salir de la crisis y crecer "es la estabilidad y no el ruido", así como la "unidad" y la "serenidad".

"Hemos hecho grandes esfuerzos como la gran nación que somos y han tenido resultado", ha esgrimido, convencido de que es "imposible no sentir orgullo" de lo hecho por un país que tiene empresas "punteras" y una sociedad "cohesionada y solidaria". "Nada de esto estaba escrito, lo hemos escrito los españoles por ser constructivos y ponernos a trabajar dejando de lado las diferencias", ha manifestado Rajoy.

Frente a dudas externas, ha lanzado un mensaje optimista y se ha reafirmado en que "España es mucho más, infinitamente más que una crisis", en alusión a los "éxitos" construidos "juntos", a las otras crisis "superadas" y a la vocación compartida de "no rendirse". "Es la casa que hemos construido entre todos y que está hecha para durar", ha aseverado.

En su intervención, Rajoy ha insistido en que el PP gobierna "en momentos de enorme dificultad" y ha justificado la toma de decisiones que "no son fáciles" y que "muchas veces no le gustaría" adoptar --como subir los impuestos o adoptar "fuertes" reducciones en los gastos-- en base a que dichas acciones son "imprescindibles" y sirven "para sentar las bases para empezar a crecer y generar empleo". 

Además de llamar a la unidad como clave para salir de la crisis, el presidente del Gobierno ha dedicado una parte de su discurso a incidir en la necesidad de combatir el déficit de las administraciones públicas, después de que hayan trascendido negociaciones para reducir el objetivo del 6,3 por ciento fijado por la Unión Europea (UE) para este ejercicio.

Así, ha recordado que el "conjunto de administraciones" de España gastaron en 2011 unos 90.000 millones "más de lo que ingresaron" y ha advertido de que ese gasto a mayores "no cae del cielo, sino que hay que pedirlo prestado y devolverlo". "Si no ya os podéis imaginar qué podría ocurrir, cuál sería el crédito de España", ha reflexionado.

Por último, ha incidido en la necesidad de "acostumbrarse al principio de que no se puede gastar más de lo que se tiene", una cuestión que ha considerado de "puro sentido común". Sólo aproximando el gasto público al nivel de los ingresos, ha advertido, España podrá ser "un país más rico y con servicios mejores". "Ese es el reto al que tenemos que enfrentarnos y el gran objetivo nacional para los próximos años", ha zanjado.