Después del Terremoto

Un joven es rescatado bajo los escombros 91 horas después del seísmo en Turquía

La nueva amenaza para los supervivientes es la temida nieve y el mal estado en que han quedado muchos edificios. 185 personas han sido rescatadas con vida de entre las ruinas.

Escombros tras el terremoto de Turquía.
Escombros tras el terremoto de Turquía.
EFE

Un joven fue rescatado con vida en la ciudad de Ercis, tras pasar 91 horas bajo los escombros de un edificio de cinco plantas que se desplomó tras el terremoto de 7,2 grados de magnitud que asoló el este de Turquía el pasado domingo.


Muhammet, un universitario de 19 años, presentaba heridas y fiebre, por lo que fue inmediatamente trasladado al hospital de Erzurum, a más de 300 kilómetros de Ercis.


Según la Administración de Desastres y Situaciones de Emergencia (AFAD) del Gobierno turco, desde que se produjo el seísmo hasta las 6.00 GMT de este jueves, 185 personas han sido rescatadas con vida de entre las ruinas.


Según la misma fuente oficial, el número de víctimas mortales del terremoto asciende ya a 523, mientras que el de heridos se mantiene en 1.650.


Una nueva amenaza para los supervivientes es la temida nieve que ha empezado a caer en la provincia oriental de Van, complicando más la situación de muchos de los damnificados, que esperan aún recibir tiendas de campaña o casas prefabricadas en las que resguardarse.


Las previsiones meteorológicas indican que en la ciudad de Van las temperaturas mínimas rondarán los 0ºC en los próximos días, con máximas que no superan los 10 grados.


En el norte de la provincia, donde se encuentra Ercis, el mercurio descenderá hasta los tres grados bajo cero.


El mal estado en que han quedado muchos edificios hace imposible que sus inquilinos regresen a ellos, aunque tampoco hay tiendas de campaña para todos.


El viceprimer ministro turco Besir Atalay ha admitido que no hay suficientes tiendas de campaña en la región. "No pudimos calcular que iba a haber una demanda tan grande de tiendas de campaña", reconoció.


Por su parte, Munir Karaoglu, gobernador de la provincia de Van, ha reconocido ante los medios turcos que más 2.200 edificios no son habitables y advirtió que no es posible pasar en tiendas de campaña el extremo frío del invierno en esta zona, fronteriza con Irán.


De hecho, algunas familias sí que han empezado a regresar a sus hogares para evitar la nieve.


"El terremoto no nos ha matado, pero el frío sí que nos matará. Por eso regresamos a nuestra casa, aunque esté dañada", explicó una familia al diario "Hürriyet".


Turquía solicitó ayer finalmente ayuda internacional, especialmente de infraestructuras para alojar a quienes se han quedado sin hogar.


Siete casas prefabricadas enviadas por Israel llegaron en la mañana de hoy a Ankara y son transportadas en camiones hacia Van, mientras que otras estructuras de este tipo están en camino desde Israel, país con el que Turquía mantiene tensas relaciones.


En un programa televisivo realizado conjuntamente por las principales cadenas del país, se recaudaron anoche 25 millones de euros, mientras las principales ONG del país, incluida la Media Luna Roja Turca, mantienen abiertas cuentas bancarias de ayuda.


Por otro lado, la Fiscalía provincial inició hoy los trabajos de investigación para determinar posibles responsabilidades penales derivadas de las construcciones de mala calidad de la provincia, a las que se atribuye el elevado número de muertes.