GUINEA ECUATORIAL

Treinta años desde el golpe de Estado de Obiang Nguema

El lunes 3 de agosto, Guinea Ecuatorial celebra la 'Fiesta de la Verdadera Libertad', en conmemoración del golpe de Estado efectuado hace justamente 30 años por el actual presidente Teodoro Obiang Nguema Mbasogo contra el régimen de Francisco Macías Nguema y que, según el Gobierno de Malabo, inauguró una época de avances democráticos y desarrollo económico y social. En plena efeméride, el régimen se muestra particularmente beligerante contra los informes nacionales e internacionales en los que se le acusa de mantener a la población en la pobreza pese a los altos beneficios del petróleo y de violar gravemente los Derechos Humanos.


Las principales ceremonias conmemorativas tendrán lugar en Evinayong, capital de la provincia del Centro Sur (región continental), en la que se inaugurarán "varias obras de infraestructuras" y habrá una "manifestación pacífica en la que intervendrán los representantes de los partidos políticos del país y el propio presidente", además de una misa de acción de gracias en la catedral y todo tipo de festejos populares, según informó la Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial en España.


El 3 de agosto de 1979, el entonces comandante en jefe del Ejército y director de la prisión de Black Beach en Malabo, Teodoro Obiang Nguema, se alzó en armas y asaltó Bata, la principal ciudad de la región continental. Fuentes próximas creen que Obiang actuó por temor a caer en desgracia ante Macías, para quien su jefe militar estaba acumulando demasiado poder.


Era el principio del fin para Francisco Macías Nguema (perteneciente al mismo clan de Obiang, los esangui de Mongomo, en Río Muni), que tras la independencia se había autoproclamado "presidente vitalicio" y bajo cuyo régimen se registraron 50.000 homicidios políticos, 10.000 desaparecidos y más de 150.000 exiliados. Macías fue fusilado el 30 de septiembre.


Según el Ministerio de Información, con el 'Golpe de la Libertad', Obiang puso fin a "la era oscura" de Macías, durante la cual "se anularon las libertades" y en la que "más de la tercera parte de los guineanos fueron asesinados o tuvieron que huir (...), se destruyeron las infraestructuras" y Guinea Ecuatorial "se sumergió de nuevo en la era prehistórica".

Democracia y derechos humanos


"Desde 1979 hasta hoy", según el Ministerio, "el proceso de democratización emprendido por Guinea Ecuatorial se ha materializado en la implementación de numerosas e importantes reformas", y en 1991 se instauró el régimen "de democracia multipartidista". Desde ese momento "cada cinco años se celebran elecciones legislativas y presidenciales".


En 1987, Obiang fundó su partido único, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), y en 1991 se aprobó la actual Constitución, que consagraba las libertades de expresión, circulación, asociación, reunión y manifestación y el derecho al hábeas corpus y a no ser privado de libertad sin orden judicial, al tiempo que sometía le legislación guineana a las obligaciones internacionales.


En 1993, se autorizó la creación de partidos políticos. En las últimas elecciones, en mayo de 2008, el PDGE obtuvo 99 de los cien escaños del Parlamento. La Junta Electoral y los observadores internacionales (en realidad, tres diputados españoles que recorrieron una docena de mesas electorales entre Bata y Evinayong) afirmaron que los comicios fueron "transparentes", pero la formación opositora Convergencia para la Democracia Social (CPDS) --que obtuvo el escaño restante -- denunció "irregularidades muy graves" y calificó las elecciones de "retroceso". El Gobierno de Obiang no aceptará ninguna supervisión internacional en las próximas elecciones presidenciales, previstas para diciembre.


El pasado viernes, el Gobierno aseguró que el último índice del Global Index Peace mostraba que el nivel de respeto de los Derechos Humanos había alcanzado este año "la misma tasa en Guinea Ecuatorial que en España". No obstante, el relator especial de la ONU sobre la tortura, Manfred Nowak, afirmó el pasado mes de noviembre que la tortura es una "práctica habitual" y denunció la corrupción endémica, la falta de hábeas corpus, las detenciones arbitrarias y la impunidad.


El pasado mes de mayo, CPDS denunció que las violaciones de los Derechos Humanos "siguen siendo una realidad indiscutible" y lamentó el apoyo que recibe Obiang de algunas potencias democráticas interesadas en controlar "la producción de petróleo y de gas". En su próximo informe sobre Guinea ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Amnistía Internacional denuncia torturas, muertes bajo custodia, juicios sin garantías, detenciones arbitrarias y reclusiones en régimen de incomunicación. En un reciente encuentro con periodistas españoles, Obiang se mostró orgulloso de que le llamen "dictador" porque él es quien "dicta las normas". 

Petróleo


A principios de los años noventa, Guinea Ecuatorial descubrió que nadaba en petróleo. Las primeras labores de búsqueda correspondieron a una empresa mixta hispano-guineana, GEPSA, que tras varios años de prospecciones no fue capaz de encontrar nada. En 1990, la compañía estadounidense Walter International reemprendió la búsqueda, y obtuvo, según palabras del Gobierno, un "éxito inmediato".


Desde entonces, según Malabo, "la explotación petrolífera ha permitido a Guinea Ecuatorial desarrollarse, crecer, alejarse del duro panorama que asola a la mayor parte del continente africano". El país produce en la actualidad alrededor de 380.000 barriles de petróleo al día. Una buena parte está en manos de grandes multinacionales, como la estadounidense Exxon Mobil, que factura alrededor del 75 por ciento del crudo.


El país, asegura el régimen, destina "más de un billón de euros anuales a obras públicas" gracias a este maná. El último informe anual del Coordinador del Grupo de Desarrollo de Naciones Unidas (UNDG), que agrupa a 32 agencias y programas de la ONU, indica que Guinea está inmersa en "grandes trabajos de mejora de infraestructuras", pese a las "penurias energéticas" que sufre este país productor de gas y petróleo.


En este contexto, el régimen se está mostrando, de un tiempo a esta parte, especialmente activo contra cualquier informe que ponga en duda la imagen de transparencia y prosperidad que intenta transmitir, para lo cual cuenta con el bien pagado apoyo de agencias y asesores de comunicación. Trabajo no les falta. En octubre de 2008 (40 aniversario de la independencia), fuentes humanitarias y de la ONU denunciaron ante la agencia humanitaria de noticias de Naciones Unidas, IRIN, que, a causa de la corrupción y la mala gestión de los beneficios del petróleo, el 60 por ciento de la población guineana vive con menos de un dólar al día, que la mitad de las casas carece de agua potable y que el país sufre una de las tasas de mortalidad infantil más altas del planeta.


En junio de este año, el Comité Católico contra el Hambre y por el Desarrollo (CCFD) aseguró que "la fortuna amasada por el clan Obiang está estimada entre 500 y 700 millones de dólares". El dato se basa en un informe de 2004 del Senado de Estados Unidos según el cual el banco Riggs de Washington tenía 700 millones de dólares procedentes del petróleo en cuentas "sospechosas" pertenecientes a Guinea Ecuatorial. El banco se declaró culpable y fue condenado a una fuerte multa.


Muy recientemente, el Gobierno criticó muy duramente a Human Rights Watch (HRW) por acusarle de utilizar los beneficios del petróleo para "atrincherarse y enriquecerse a expensas de la población", y al Centro por los Derechos Económicos y Sociales (CESR) por denunciar que dos terceras partes de la población viven en condiciones de "extrema pobreza". El citado informe del coordinador de UNDG advertía también del "agravamiento de la pobreza, sobre todo en el medio rural".