Argentina llora a la tripulación del 'ARA San Juan'

La Marina informa a los familiares que se produjo una "explosión violenta" en el navío de guerra.

Tras seis días de una búsqueda amarga e infructuosa, la Armada argentina entregó ayer la peor noticia a los familiares de los 44 tripulantes del submarino 'ARA San Juan', perdido desde hace nueve días. Si bien aún el navío no fue localizado, la Marina admitió que "una explosión violenta", registrada por dos fuentes coincidentes, ocurrió el miércoles 15 en un área del mar argentino donde se cree que estaba el navío. La explosión subacuática se produjo apenas tres horas después del último contacto del comandante del 'ARA San Juan' con la base terrestre.

La noticia sobre una segura catástrofe causó una verdadera conmoción entre los familiares que hasta ahora aguardaban cada reporte con angustia pero también con esperanza. La espera se concentra en la Base Naval de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, donde el buque debió haber atracado hace cinco días. Ayer el jefe del comando de submarinos, contralmirante Gabriel González, no pudo siquiera terminar de leer el informe sobre la explosión cuando empezaron los insultos, las acusaciones y el llanto desconsolado de los familiares que estallaron por la acumulación de impaciencia, cansancio, rabia, congoja e incertidumbre.

Conscientes de las derivaciones de un evento tan severo en el fondo marino dentro de un navío remendado para prolongar su vida útil, los padres, las esposas y los hermanos de los submarinistas entendieron que la tripulación no pudo haber sobrevivido a esa explosión, aun cuando nadie se los dijo oficialmente. Fue el final de toda esperanza. Hubo gritos, amenazas, desmayos. Dos ambulancias partieron de la Base Naval con las sirenas encendidas.

Entretanto, en la sede de la Armada en Buenos Aires, el portavoz de la Marina, Enrique Balbi, comunicaba a medios de comunicación que estaba confirmada la existencia de un "un evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión". El evento habría ocurrido el miércoles 15 a las 10:31 horas. Pero recién ayer ese dato coincidió con otro recogido por Estados Unidos que había reportado "una anomalía hidroacústica" el mismo día y hora.

A pesar de la gravedad de los informes, la búsqueda continúa con naves de Argentina y de otros países que intervienen con barcos, aviones y dispositivos de rescate. "Seguimos buscando hasta tener evidencia concreta del submarino y de nuestros 44 tripulantes", aseguró el portavoz. "Hasta no tener certeza, vamos a seguir", remarcó.

La información sobre la explosión violenta fue suministrada ayer al Gobierno por el embajador argentino en Austria, Rafael Grossi, que fue director adjunto del Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena y hoy integra el Organismo del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares. Ésta última organización tiene una red de estaciones sísmicas e hidroacústicas para verificar que no se realicen ensayos nucleares prohibidos. Micrófonos situados en la isla Ascensión y en la isla Crozet -al sudeste de África-, detectaron el evento.

"Hay que ser cautos", aclaró Grossi. Hay "cierta morfología que es análoga a la de una explosión", dijo, pero aclaró que se desconoce la magnitud del evento.

Profundidades dramática

El informe se entregó a través de la cancillería y según versiones periodísticas uno de los encargados de la presentación, un exsubmarinista de EEUU que intervino en la realización del informe, recomendó seguir buscando. "Es posible que estén vivos en un compartimento estanco", especuló. Informado sobre las novedades, el presidente Mauricio Macri ordenó continuar la búsqueda.

No obstante, la versión optimista choca con la información que viene dando la Armada acerca de la provisión de oxígeno dentro del submarino que ya se habría agotado debido a la imposibilidad de la nave de subir a la superficie. Desde hace 48 horas Balbi insiste en que se está en una "fase crítica" pues el oxígeno se extingue tras siete días de inmersión y ese plazo ya se cumplió.

El marino indicó ayer que el rastreo se realiza ahora en un radio de 120 kilómetros en una zona, ubicada 400 kilómetros al este del golfo de San Jorge, en el océano Atlántico. Las profundidades varían allí de manera dramática. En la plataforma continental el fondo está a 200 ó 300 metros. Pero luego comienza abruptamente el talud continental que alcanza una profundidad de entre 2.000 y 3.000 metros. Esta incerteza también causó desasosiego entre los familiares, que saben que no hay milagros posibles en ese hueco de oscuridad y silencio que es el lecho del talud.

Balbi explicó que la información aportada por Estados Unidos y Austria se corroboró recién en las últimas horas.

Según el marino, Washington recibe una cantidad de datos sonoros del fondo del mar que es analizada junto con el material enviado por "otras agencias" extranjeras, dijo. El miércoles 22 a última hora, se pudo confirmar que hace siete días hubo una "anomalía hidroacústica" en la zona del siniestro. En cuanto al reporte proveniente de Austria, también fue resultado de un análisis de los datos que se demoró hasta ayer.

Ante una consulta en ese sentido, el portavoz aclaró que no hay evidencia que indique que el submarino haya sido atacado.

Sobre la ausencia total de rastros del navío en la superficie marina, Balbi explicó que las explosiones en buques confinados son implosiones. "Nada sale afuera del submarino", aseguró.

Regreso inmediato

El 'ARA San Juan' había partido el lunes 13 de Ushuaia, en la provincia austral de Tierra del Fuego, para patrullar la pesca ilegal en el límite de la zona económica exclusiva argentina. Tenía previsto llegar el domingo 19 a Mar del Plata. Pero el miércoles 15 a las 7:30 hora, el comandante reportó una avería que "fue subsanada", según la Armada.

Lo que no se informa con claridad es por qué se comunicó la desaparición del navío dos días después de ese miércoles, ni tampoco la avería. Por qué no fue informado de inmediato el ministro de Defensa, Oscar Aguad o por qué se ordenó al buque poner proa de inmediato a Mar del Plata si la avería, como dicen, ya había sido subsanada.

En las primeras horas tras comunicar que el submarino no se contactaba con la base desde hacía dos días, Balbi desechó una versión oficiosa que refería un incendio a bordo. El portavoz dijo entonces que sólo iban a brindar información que estuviera debidamente corroborada. Y eso ocurrió recién ayer.

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