Trump impulsa el mayor recorte de impuestos a los ricos desde Reagan

Quiere tener la ley sobre su mesa antes de Navidad, para que cuando cumpla un año en el poder pueda presentarle a sus seguidores un logro histórico.

Donald Trump.
Trump confunde aparentemente los tiroteos en Texas y California en un tuit
Afp

Dicen que es la oportunidad de una generación y, ciertamente, los ricos y las grandes empresas estadounidenses no han recibido un recorte de impuestos como el que aprobó la Cámara de Representantes desde Reagan en 1986, que bajó la presión fiscal al 1,2% más acaudalado del 70% al 28% y el impuesto de sociedades del 46% al 34%. Clinton puso las cosas en su sitio gravando a los más ricos el 39.6% y a las grandes empresas el 35%, hasta que llegó Trump, el primer billonario -en dígitos anglosajones- que habita la Casa Blanca. Con su liderazgo, los que ganan entre medio millón (425.000 euros) y un millón de dólares (850.000 euros) anuales verán bajar sus impuestos un 4,6% y las grandes empresas como la suya pasarán del 35% al 20%.

Trump quiere tener la ley sobre su mesa antes de Navidad, para que cuando cumpla un año en el poder pueda presentarle a sus seguidores un logro histórico. Para eso hace falta que la versión aprobada ayer en la Cámara Baja se reconcilie con la que aprobó el Senado, donde los republicanos solo se pueden permitir perder tres votos. Al menos un senador, Ron Johnson, del progresista estado de Wisconsin que en las últimas presidenciales votó republicano por primera vez desde Reagan, ha anunciado que no puede, en conciencia, votar por una ley que recortará los impuestos de los más acaudalados en 1,5 billones de dólares (1,27 millones de euros) a lo largo de diez años, pero no sentirán dos terceras partes de los que ganan menos de 30.000 dólares (25.488 euros) al año.

Golpe a la clase media

Es más, según un análisis del organismo independiente Joint Comittee on Taxation, los que ganan menos de 40.000 dólares (33.984 euros) anuales incluso verán subir sus impuestos a partir de 2021 y otro análisis amplía la subida a todos los que ganan menos de 75.000 dólares (63.721 euros) al año. Solo que para entonces Trump ya habrá pasado la prueba de la reelección.

La promesa republicana es la misma que la de Reagan. La economía de goteo que presuntamente derramará riqueza desde arriba hasta las capas más bajas gracias a la creación de empleo cuando los ricos tengan más dinero para invertir y las empresas contraten más gente al tener menos presión fiscal. El portavoz del Congreso Paul Ryan prometió hoy que su plan traerá un crecimiento económico del 3.5% y sólo en el estado de Nueva York generará 850.000 puestos de trabajo. Algo que no se creen ni en su propio partido, porque nueve de los trece republicanos que votaron hoy en contra de la ley son precisamente de Nueva York o New Jersey, estado este último dormitorio de esa gran metrópolis. "Tengo demasiados constituyentes que verían subir sus impuestos", explicó el congresista de Nueva York Lee Zeldin.

Un "show del horror", en palabras del congresista demócrata John Yarmuth, cuyo partido se opuso en bloque al plan sin ningún voto a favor. "Lo que se nos ha pedido hoy que hagamos es aumentarle los impuestos a 36 millones de estadounidenses de clase media", añadió su colega Richard Neal. La líder del partido en la Cámara Baja Nancy Pelosi lo considera "una estafa" a la clase media.

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