El primer ministro irlandés promete un Gobierno del nuevo "centro europeo"

El líder democristiano afirma que su Gobierno "no va a ser ni de izquierdas ni de derechas"

El conservador Varadkar, primer ministro irlandés
El primer ministro irlandés promete un Gobierno del nuevo "centro europeo"
EFE

El líder democristiano de Irlanda Leo Varadkar se ha comprometido a encabezar un Gobierno del "nuevo centrismo europeo", tras convertirse hoy en el primer ministro más joven de la historia de este país y en el primero que se declara abiertamente gay.

El nuevo "taoiseach" (primer ministro), de 38 años e hijo de inmigrantes, obtuvo en el Parlamento 57 votos procedentes de su partido, el conservador Fine Gael, y de los diputados independientes que conforman el Ejecutivo que dirigió en minoría desde las elecciones de 2016 su antecesor en el puesto, Enda Kenny.

"El Gobierno que voy a liderar no será de izquierdas o de derechas. Mientras algunos siguen obsesionados con los debates de los años ochenta, yo os aseguró que no haré lo mismo. Nos centraremos en buscar soluciones del siglo XXI y del futuro", dijo Varadkar tras su investidura en la Cámara baja de Dublín (Dáil).

Su Ejecutivo, afirmó, se identificará con el "nuevo centrismo europeo", con el que aspirará a "construir una república de oportunidades" en la que "cada ciudadano recibirá un trato justo" y tendrá "la oportunidad de tener éxito y de compartir la prosperidad".

Varadkar -médico de profesión como su padre, un inmigrante indio casado con una enfermera irlandesa- reiteró que el Dáil le ha elegido "para liderar", pero, apostilló, "yo me comprometo a servir" a este país.

Su designación, destacan los expertos, da una idea de la enorme transformación que ha vivido Irlanda en las últimas dos décadas, en las que se ha convertido en una sociedad moderna y multicultural y, al mismo tiempo, se ha alejado de la influencia de la antaño todopoderosa Iglesia católica.

En este sentido, Varadkar rindió homenaje a Kenny, a quien reconoció sus méritos para "reconstruir" la economía cuando accedió al poder en 2011, pocos meses después de que el anterior Gobierno del centrista Fianna Fáil pidiera un rescate a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 85.000 millones de euros.

En su primer discurso como "taoiseach", también le agradeció que tomara decisiones durante su mandato para que gente como él pudiera sentirse un ciudadano más, en referencia al referéndum sobre el matrimonio homosexual convocado por Kenny en 2015, que convirtió a Irlanda en el primer país del mundo que lo aprobaba a través de una consulta popular.

Animado por la campaña de ese plebiscito, el nuevo "taoiseach", quien mantiene desde hace dos años una relación sentimental con el también médico Matt Barrett, hizo pública su condición sexual apenas unos meses antes de aquella cita con la urnas.

"No tengo duda alguna de que, si no hubiese sido por él, este país no sería así ahora. Personalmente, tampoco yo estaría hoy aquí en este puesto, si no fuese por Enda Kenny", aseguró Varadkar.

Su investidura como primer ministro también ha sido posible por la abstención del otro gran partido nacional, el centrista Fianna Fáil, que se comprometió a apoyar a Kenny en momentos clave de esta legislatura tras aquellos comicios.

Por contra, se opuso a la investidura de Varadkar la tercera formación nacional, el Sinn Féin de Gerry Adams, quien alertó de que el líder democristiano continuará con las políticas de austeridad que marcaron los seis años de Kenny en el poder.

No obstante, el dirigente nacionalista le deseó suerte y confió en trabajar estrechamente con él para encarar los principales desafíos que afronta el país, como la salida del Reino Unido de la Unión Europea o la restauración de un Gobierno autónomo en Irlanda del Norte.

A este respecto, Varadkar se reunirá este viernes en Dublín con los líderes del Sinn Féin y del Partido Democrático Unionista (DUP) de la exministra principal norirlandesa Arlene Foster, con quienes abordará la formación de un Ejecutivo en Belfast de poder compartido entre protestantes y católicos.

Casi cuatro meses después de las elecciones regionales, unionistas y nacionalistas no han llegado a un acuerdo, que ahora se ve entorpecido por las conversaciones paralelas que mantiene el DUP con la primera ministra británica, Theresa May, quien necesita su apoyo para gobernar en minoría, tras perder su mayoría parlamentaria en las elecciones del pasado jueves.

En este sentido, tanto Kenny como ahora Varadkar han expresado su preocupación por la posibilidad de que estos contactos impidan avances en Irlanda del Norte, pues Londres y Dublín, recuerdan, deben actuar como moderadores neutrales en las negociaciones entre las formaciones norirlandesas y como garantes del proceso de paz.

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