La protesta afloja y Temer gana tiempo

La menguante afluencia a las movilizaciones para pedir su marcha permite al presidente de Brasil conservar sus frágiles apoyos políticos.

Protestas en Brasil.
Protestas en Brasil.
Agencias

En manifestaciones menos concurridas de lo esperado, miles de brasileños se congregaron este domingo en una treintena de ciudades para exigir la renuncia del presidente Michel Temer, acusado de graves hechos de corrupción. También reclamaron la convocatoria de elecciones directas inmediatas y un freno a las controvertidas reformas laboral y de pensiones que se tramitan en el Congreso.

Las marchas fueron convocadas por centrales sindicales y movimientos sociales agrupados en los frentes Brasil Popular y Pueblo sin Miedo, casi todos cercanos al Partido de los Trabajadores, que reclama la celebración de elecciones directas convencido de que su líder, el expresidente Luis Inacio Lula da Silva, es el mejor situado para volver a la presidencia.

En cambio, se negaron a participar los derechistas Movimiento Brasil Libre y Ven Para Rua, que fueron los organizadores de las protestas masivas de 2015 y 2016 que exigían la renuncia o el juicio político de la expresidenta Dilma Rousseff. Estas agrupaciones justificaron su decisión en la falta de tiempo para garantizar la seguridad de las movilizaciones.

La escasa asistencia en ciudades importantes como Río de Janeiro, Sao Paulo o Brasilia pareció darle oxígeno al Gobierno, que atraviesa sus horas más críticas. De hecho, la menguada participación llevó a los partidos aliados del Ejecutivo (PSDB y DEM) a cancelar una reunión que se iba a celebrar anoche para estudiar el eventual distanciamiento del oficialismo.

Desde el Gobierno se convocó a los socios políticos a una cena en Brasilia junto al presidente y sus ministros para decidir el rumbo a seguir en medio de la nueva y grave crisis política que sacude al país desde la noche del miércoles, cuando se conocieron las comprometidas grabaciones que el empresario Joesley Batista hizo de su conversación con Temer.

La cena pretendía mostrar respaldo al presidente y detener -aunque sea temporalmente- la desbandada de aliados que ya comenzó con la salida de partidos más pequeños de la base, como el PTN o el PSB. No obstante, la mayor parte de los líderes no pudo confirmar su asistencia o se encontraba en sus Estados y se disculpó de acudir, por lo que la velada tuvo que cancelarse.

La Procuraduría General de la República pidió investigar a Temer en el Supremo Tribunal Federal por supuestos delitos de corrupción pasiva, obstaculizar las investigaciones e integrar una organización criminal. El presidente alega que las cintas fueron adulteradas y pide a la Corte suspender el proceso hasta que se muestre la autenticidad de las pruebas. El Supremo responderá el miércoles, cuando el plenario analice la solicitud después de recibir un informe pericial.

Temer debe enfrentarse además a un cúmulo de peticiones de 'impeachment' (juicio político). El domingo, la poderosa Organización de Abogados de Brasil convocó de urgencia a su Consejo Federal, que resolvió de madrugada presentar una solicitud del destitución del presidente por presunto crimen de responsabilidad. La votación fue de 25 contra uno.

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