Una niña rumana de casi diez años enferma de sarampión ha muerto en el hospital en el que llevaba dos semanas internada, elevando así a 23 las víctimas mortales, todos menores, de la epidemia que comenzó en 2016, principalmente debido a las campañas antivacunación.

La niña no estaba vacunada ni contra el sarampión ni contra la rubeola ni contra las paperas, informaron este martes fuentes del hospital de la ciudad de Timisoara donde falleció la menor.

El centro ha señalado que la niña, que falleció el pasado sábado, tenía nueve años y once meses y que fue internada hace dos semanas en el hospital con bronconeumonía, sarampión y otras patologías asociadas.

La muerte se produjo por una insuficiencia respiratoria.

El número de casos confirmados por sarampión en Rumanía desde enero de 2016 hasta el pasado 28 de abril es ya de 5.119, de los que 4.934 se trata de niños que nunca fueron vacunados, según datos del Ministerio de Sanidad.

En 2015 hubo sólo 15 casos declarados de sarampión.

Los especialistas explican esta explosión de casos en las campañas antivacunación impulsadas, entre otros, por grupos religiosos.

Al respecto, el ministro de Sanidad, Florin Bodog, declaró este lunes a la agencia 'News.ro' que "la vacunación es el único método para prevenir enfermedades graves", aunque aclaró que no será obligatoria.

La falta de acceso a los servicios médicos de alguna zonas y el creciente número de padres que se niegan a vacunar a sus hijos siguiendo los mensajes de las campañas antivacunación impulsadas por las asociaciones religiosas y algunos personales famosos son algunas de las causas de esta epidemia de sarampión.