Bulgaria afronta una complicada negociación para la formación de Gobierno

Con prácticamente todo el voto escrutado, el conservador GERB ganó las elecciones con el 32,7% de los sufragios, seguido del Partido Socialista con el 27,2%.

El exprimer ministro Boiko Borisov, del GERB.
El exprimer ministro Boiko Borisov, del GERB.
AFP Photo

El resultado de las elecciones que Bulgaria celebró el domingo, las terceras desde 2013, arrojan un escenario de difícil gobernabilidad, sin mayorías claras, con una fuerza ultranacionalista clave para formar Ejecutivo y en medio del debate entre las relaciones del país con Rusia y con la Unión Europea (UE).

Con prácticamente todo el voto escrutado, la Comisión Central Electoral anunció este lunes que el conservador GERB, del exprimer ministro Boiko Borisov, ganó las eleccones con el 32,66% de los sufragios, seguido del Partido Socialista (antiguos comunistas), con el 27,19%.

La tercera fuerza política (9%), y clave para la formación de Gobierno, es Patriotas Unidos, integrada por tres formaciones ultranacionalista, con un fuerte discurso xenófobo, partidarias de mejorar las relaciones con Rusia y con una actitud hacia la UE que va del rechazo total a un moderado euroescepticismo.

Esta alianza formó coalición con el GERB hasta que Borisov dinamitó al Gobierno con su dimisión el pasado enero y forzó las nuevas elecciones.

Su renuncia se produjo tras perder la candidata de su partido las elecciones presidenciales, ganada por el pro ruso Rumen Radev.

El cuarto partido en el Legislativo es, con el 8,9% de los votos, el Movimiento de Derechos y Libertades (DPS), de la minoría turca, con la que los ultras rechazan cualquier colaboración.

Tanto el GERB como el Partido Socialista, que en el pasado pactó con esta fuerza, rechazan ahora incluir al DPS en un Ejecutivo de coalición.

El quinto partido en discordia, con apenas el 4%, es una formación nueva, Volya, fundada por Veselin Mareshki, dueño de una cadenas de gasolineras y farmacias baratas.

Con ese reparto de cartas, y ante la negativa de los socialistas a una gran coalición con el GERB, la partida más fácil sería renovar el pacto de Borisov con Patriotas Unidos.

Juntos tendrían, según la distribución aún no oficial de los escaños, una ajustada mayoría con 123 de los 240 diputados del Parlamento.

Sin embargo, Valeri Simeonov, uno de los líderes ultras, anunció ya este lunes que su apoyo ni es seguro ni saldrá gratis, e incluso insinuó la opción de pactar con los socialistas.

"Es posible formar un gobierno (con GERB) pero es posible no formarlo, es cuestión de coordinar los programas. Entiendo las expectativas de la sociedad, pero no se puede dar inmediatamente esta respuesta", aseguró hoy Simeonov.

Además, comunicó que el domingo felicitó por teléfono tanto a Borisov como a Kornelia Ninova, la jefa de los socialistas.

Durante la campaña, Patriotas Unidos puso varias condiciones para una eventual entrada en el Gobierno, como la subida de los ingresos de las clases más desfavorecidas y endurecer las medidas contra la inmigración irregular.

"Las diferencias entre GERB y los patriotas son esenciales y alcanzar algún acuerdo sobre una política común será un asunto muy delicado", declaró a la agencia Focus el politólogo Antoniy Galabov.

Las relaciones con Rusia y con la UE puede ser un obstáculo para un acuerdo, dado que el europeísmo de Borisov contrasta con las posturas, antieuropeas, prorusas y racistas de Ataka, quizás el más radical entre los integrantes de Patriotas Unidos.

Además de las divergencias con el GERB, la propia alianza ultra está plagada de contradicciones y enfrentamientos internos.

Según la socióloga, Boryana Dimitrova, Patriotas Unidos es un "socio imprevisible que puede quebrarse en cualquier momento por conflictos internos".

"Por eso hay que buscar un apoyo más amplio, con un partido más. Además, una coalición sólo de GERB y de Patriotas será difícilmente aceptada en Europa", opinó la analista para la emisora Nova TV.

Ese tercer jugador tendría que ser Veselin Mareshki y su Volya, que aportaría 12 escaños, y que ya este lunes se mostró dispuesto a negociar e incluso no descartó reclamar para el cargo de primer ministro.

Galabov no descarta incluso que este difícil escenario acabe explotando en la celebración de una nuevas elecciones el próximo otoño, algo que tendría graves consecuencias políticas y económicas para el país más pobre de la Unión Europea.

De momento, el comienzo de los contactos tendrá que esperar a que Borisov regrese al país desde Malta, donde participará el miércoles y el jueves en una reunión del Partido Popular europeo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión