Israel dio un paso más en su lucha contra la campaña BDS (que responde a las siglas boicot, desinversiones y sanciones). El Parlamento aprobó una enmienda a la ley de emigración para impedir la entrada al país a cualquier extranjero "que emita, o la organización para la que trabaja emita, a sabiendas, un llamamiento público a favor del boicot a Israel o se comprometa a participar en el mismo". La norma afecta a aquellos que no tengan residencia permanente y respalden esta iniciativa que arrancó en 2005 con el objetivo de presionar al Estado "hasta que cumpla con la legislación internacional" y acabe con "la ocupación y colonización de las tierras ocupadas en 1967", tal y como recoge la web oficial del BDS.

Organizaciones de derechos humanos israelíes como la Asociación por los Derechos Civiles en Israel (ACRI) y el Centro Adalah, que defiende los derechos de la minoría árabe de Israel, emitieron un comunicado para denunciar que esta ley "viola los principios de la democracia" y "la libertad de expresión". Los dirigentes judíos tachan el BDS de "antisemita" y en la nueva enmienda aprobada han ampliado el concepto de lo que consideran boicot para incluir a los productos de las colonias.

El texto aprobado afecta también directamente a los palestinos con residencia temporal en Israel, ya que se les puede retirar el permiso si colaboran o trabajan con organizaciones vinculadas al BDS. Los parlamentarios israelíes califican esta campaña de "nuevo frente en la guerra contra Israel, para el que hasta ahora el país no estaba preparado adecuadamente" y por ello sacaron adelante la enmienda con 46 votos a favor y 28 en contra.

"Será una pena no poder volver a Palestina, porque esos viajes te dan energía para seguir trabajando, pero vamos a mantener todo el apoyo a la campaña BDS. Esta ley es la señal más clara de que estamos teniendo éxito y de que Israel tiene miedo y por eso reacciona así", opina Eneko Calle, miembro de la organización humanitaria Paz con Dignidad, presente en los territorios palestinos y que espera "protección de España a sus cooperantes". Además del lado económico -donde el centro de la campaña persigue a los productos y negocios que tengan relación con los territorios ocupados-, BDS también llama al boicot de todas las actividades culturales de artistas israelíes en el extranjero que estén promovidas por las instituciones públicas.

No a la anexión

Según el Artículo 49 de la Cuarta Convención de Ginebra y el Estatuto de Roma todas las colonias son un "crimen de guerra", pero Israel sigue construyendo de forma ilegal más allá de la Línea verde, la frontera reconocida internacionalmente desde 1967. El auge expansionista se ha reforzado tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, aunque no tanto como desean los sectores ultranacionalistas ya que, según declaraciones del ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, al diario palestino Al Quds, la anexión de Cisjordania "significaría una crisis inmediata con la nueva administración".