Seis personas mueren al estrellarse un helicóptero de rescate en Italia

Cinco miembros de un grupo de rescate y el esquiador al que asistían han fallecido en el accidente.

La región italiana de los Apeninos centrales encadena una tragedia tras otra. Seis días después de que un alud arrasara el hotel Rigopiano de Farindola, dejando 17 muertos, 11 supervivientes y 12 desaparecidos, un helicóptero del servicio de rescate se estrelló ayer entre la ciudad de L'Aquila y la estación de esquí de Campo Felice, adonde había acudido para recoger a un esquiador que se había roto una pierna.


En el accidente fallecieron los seis ocupantes del aparato, entre los que había dos miembros del Socorro Alpino que en los días anteriores participaron en la búsqueda de supervivientes entre la masa de nieve, rocas y restos de árboles que se tragó el establecimiento hotelero de la localidad de Farindola.


Por causas que todavía se desconocen, la aeronave se precipitó desde una altura de unos 600 metros en una área de alta montaña cubierta en ese momento por una espesa niebla.


Como ocurrió igualmente en la tragedia del hotel Rigopiano, a los equipos de rescate no les resultó nada fácil llegar a la zona del siniestro, a unos 1.600 metros de altitud. Solo pudieron acceder sirviéndose de los esquís y tuvieron que utilizar infrarrojos para encontrar los restos del helicóptero, que había quedado desintegrado en buena parte por la colisión. Para poder evacuar los cadáveres hubo que esperar a la llegada de dos vehículos oruga para nieve, que los trasladaron hasta una cota inferior donde esperaban las ambulancias.


A unos 40 kilómetros en línea recta del lugar donde se estrelló el helicóptero continúan las tareas de rescate entre los restos del hotel Rigopiano, aunque desde hace cuatro días los socorristas solo localizan ya cadáveres. Ayer recuperaron otros siete cuerpos sin vida, de tres hombres y cuatro mujeres.


Las esperanzas de hallar a más supervivientes son escasas, pero la búsqueda no para. «No nos detendremos hasta tener la certeza de que no queda ninguno» bajo la nieve o los escombros, comentó Luigi D'Angelo, de la Protección Civil, quien explicó que se ha llegado ya a la parte central de edificio y se excava entre las cocinas, el bar y la entrada. Mientras prosigue la búsqueda, no cesa la polémica por el retraso en la llegada de los equipos de socorro. Pese a las repetidas llamadas que realizó uno de los dos supervivientes iniciales, los encargados del teléfono de emergencias no le creyeron, pensaron que se trataba de una broma.

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