Trump: "Estamos devolviendo el poder al pueblo"

Donald Trump reitera el mensaje de "Estados Unidos, primero" en el discurso que inaugura su presidencia.

Donald Trump llega a la ceremonia de investidura en el Capitolio de Washington para jurar su cargo como 45º presidente de los Estados Unidos de América.
Donald Trump llega a la ceremonia de investidura en el Capitolio de Washington para jurar su cargo como 45º presidente de los Estados Unidos de América.
BRIAN SNYDER/reuters

Donald Trump fue investido este viernes 45º presidente de Estados Unidos en una ceremonia en la que anunció el comienzo de una nueva era que se caracterizará por el traspaso del poder del ‘establishment’ "al pueblo" para "poner a Estados Unidos primero".


"Vamos a determinar la causa de Estados Unidos y del mundo durante los próximos años", dijo Trump al inicio de un discurso de unos 15 minutos de duración escrito por él mismo –según su portavoz– que pronunció en la explanada del Capitolio tras tomar posesión del cargo. El recién investido presidente destacó que cada cuatro años el 20 de enero se repite el mismo ritual pero "la ceremonia de hoy tiene un significado muy especial". "No estamos –proclamó– transfiriendo el poder de un gobierno a otro, o de un partido a otro; estamos quitando el poder a Washington DC y se lo estamos devolviendo al pueblo". "Durante demasiado tiempo un pequeño grupo en la capital de nuestra nación se ha quedado con la recompensa mientras el pueblo se ha quedado con el coste. El ‘establishment’ se protegía a sí mismo, pero no a los ciudadanos", criticó.


"Esto cambia justo aquí y justo ahora", manifestó. "El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en el que el pueblo estadounidense volvió a controlar esta nación", añadió, y prometió que "nadie será olvidado" y que "todo el mundo será escuchado".


Invitó a los estadounidenses a "formar parte de un movimiento histórico, algo que el mundo no ha visto nunca", basado en "una convicción crucial: que una nación existe solo para servir a sus ciudadanos". "Los estadounidenses quieren puestos de trabajo", una buena educación, sanidad y seguridad, "exigencias razonables y justas de gente de bien" que durante mucho tiempo ha vivido "atrapada en la pobreza" a causa de la crisis económica. Trump criticó que Washington haya "gastado miles de millones de dólares" en defender las fronteras de otros países, en hacer ricos a otros países, "mientras la fortaleza de Estados Unidos ha ido desapareciendo en el horizonte".


Prometió recuperar las fronteras y crear nuevos puestos de trabajo. Reconstruir un país con "dos reglas muy sencillas: mano de obra estadounidense contratada por estadounidenses". "A partir de ahora, cada decisión sobre comercio, impuestos, inmigración o asuntos exteriores se tomará para beneficiar a los estadounidenses", recalcó.


"Hoy emitimos un nuevo decreto para que se escuche en cada ciudad estadounidense, en cada capital extranjera, en cada lugar de poder: a partir de ahora una nueva visión va a gobernar nuestra tierra, Estados Unidos primero", anunció. Pero a pesar de este discurso proteccionista, Trump aclaró que su Gobierno no se cerrará al mundo, sino que "reforzaremos viejas alianzas y formaremos nuevas. Y uniremos el mundo civilizado contra el terrorismo radical islámico, al que erradicaremos completamente de la faz de la Tierra" pero siempre con "total lealtad a Estados Unidos". Se mostró convencido de que, con todo ello, Estados Unidos será "imparable". "Ningún reto está fuera de nuestro alcance", dijo, y añadió que la potencia norteamericana "revelará los misterios del espacio" y borrará las "miserias" de la Tierra.


"Nunca más volveréis a ser ignorados. Vuestras voces, vuestras esperanzas y vuestros sueños definirán nuestro destino y vuestra valentía nos guiará siempre. Haremos que Estados Unidos vuelva a ser fuerte, vuelva a ser rico, vuelva ser orgulloso, vuelva a ser seguro. Juntos haremos que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez", concluyó. Tras jurar el cargo, Trump firmó sus primeros decretos presidenciales y documentos, entre ellos la exención de una ley que prohíbe que un militar retirado hace menos de siete años, como James Mattis, apodado ‘Perro Loco’, encabece el Departamento de Defensa.

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