Berlín llama a la calma tras la detención de un refugiado sospechoso de asesinato

La muerte de Maria tuvo lugar a mediados de octubre, cuando regresaba a casa en bicicleta de una fiesta universitaria.

Angela Merkel en una fotografía de archivo.
Angela Merkel en una fotografía de archivo.

El Gobierno alemán y el grueso de la clase política alemana han llamado a la calma tras la detención este fin de semana de un menor refugiado afgano acusado de violar y matar a una estudiante de 19 años en la ciudad de Friburgo, crimen que ha reavivado el debate en internet sobre la política de asilo. El portavoz del Ejecutivo, Steffen Seibert, ha afirmado que, si se comprueban las acusaciones, el detenido, que llegó a Alemania en 2015 y vivía con una familia de acogida, debe ser castigado, pero pidió no olvidar que se trata "de un delito cometido presuntamente por un refugiado afgano", no por todos los afganos o por todos los refugiados.


La muerte de Maria, estudiante de Medicina de 19 años, tuvo lugar a mediados de octubre; la chica, que regresaba a casa en bicicleta de una fiesta universitaria, fue violada y su cadáver fue hallado en el río Dreisam, donde murió ahogada, según la policía. El afgano detenido, de 17 años y sin antecedentes penales, fue arrestado el sábado y, según los responsables de la investigación, todavía no ha prestado declaración. Clave en su arresto fue el hallazgo en el lugar del crimen de un pelo de 18,5 centímetros, moreno pero teñido rubio, y de hombre, según la prueba de ADN, que coincide con el característico peinado del sospechoso.


El caso de Maria ha reabierto el debate sobre la acogida de refugiados en Alemania, que ha recibido a cerca de 1,3 millones de solicitantes de asilo desde principios de 2015. "El presunto autor del crimen debe ser llevado ante la Justicia y ante la ley, al margen de su nacionalidad y de cuántos años lleva viviendo en Alemania", subrayó Thomas Strobl, ministro de Interior del estado federado de  Baden-Württemberg, en el que se encuentra Friburgo.


En una entrevista con la edición digital del semanario 'Der Spiegel', el alcalde de la ciudad, el 'verde' Dieter Salomon, insistió en que "el crimen no es peor porque lo haya cometido un refugiado". "Si hubiera sido un alemán, no estaría menos horrorizado", aseguró Salomon, quien denunció que el asesinato esté siendo utilizado por círculos de la derecha para incitar al odio contra los refugiados. En declaraciones al diario 'Bild', el vicecanciller y líder socialdemócrata Sigmar Gabriel, insistió en que este tipo de crímenes abominables "ya existían antes de que llegara el primer refugiado desde Afganistán o desde Siria" y rechazó todo tipo de comentarios o actitudes xenófobas. Sin embargo, para el copresidente de la formación de la derecha radical Alternativa para Alemania (AfD), Jörg Meuthen, el caso pone en evidencia a quienes tacharon de populistas sus advertencias sobre el riesgo que suponía la entrada "incontrolada de cientos de miles de jóvenes varones procedentes de culturas islamistas y patriarcales".


La policía descarta por el momento que haya una conexión con otro asesinato cometido en Endingen, cerca de Friburgo, donde una joven de 27 años desapareció el 6 de noviembre mientras corría y su cadáver fue encontrado cuatro días después.

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