Guterres, elegido por unanimidad para suceder a Ban Ki-moon

El ex primer ministro portugués promete servir a las víctimas de las injusticias cuando se convierta, a partir del 1 de enero, en secretario general de Naciones Unidas.

Guterres mostró su alegría en una rueda de prensa en Lisboa.
Guterres mostró su alegría en una rueda de prensa en Lisboa.
Rafael Marchante/Reuters

Nada faltó a lo pactado. Días después de que EE. UU. y Rusia rompieran conversaciones y se dedicaran agrias palabras en el Consejo de Seguridad sobre el conflicto sirio, sus representantes unieron fuerzas para recomendar unánimemente a la Asamblea General la elección del ex primer ministro luso Antonio Guterres como próximo secretario general. «No ha habido acuerdos bajo la mesa ni promesas directas», tuvo que aclarar el embajador ruso, Vitaly Churkin, ante el escepticismo del cuerpo de prensa que cubre la ONU. Churkin desmintió así el rumor de que Guterres se haya comprometido a nombrar un subsecretario de Asuntos Políticos a su gusto.


Durante año y medio, Rusia ha reclamado que, de acuerdo con la tradición, el turno de secretario general correspondía ahora al grupo regional de Europa del Este. «Y nos gustaría que fuera una mujer», había dicho Churkin. El embajador ruso admitió este jueves que había «alentado» a las mujeres a presentarse y exhibió como prueba de que el proceso había sido «muy justo» el que al final, de los diez candidatos que quedaban cinco eran mujeres. La última, Kristalina Georgieva, se presentó apenas el lunes, cuando al parecer los miembros del Consejo de Seguridad ya tenían sus preferencias claras, pero el nombre de la búlgara en la lista sirvió para alcanzar esa mágica paridad de cinco hombres y cinco mujeres.


«¿Qué diría a las millones de mujeres que se sienten burladas porque se les hizo creer que al fin habría una mujer secretaria general de la ONU?», le preguntaron a Churkin en su breve comparecencia de ayer ante la prensa. «Lo más importante era elegir al mejor candidato posible y ocurrió que el mejor candidato era un hombre». Entre las siete mujeres que llegaron a presentarse estaban la directora general de la Unesco Irina Bokova; la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark, que ahora administra el Programa de Desarrollo de la ONU, y la exministra moldava de Asuntos Extranjeros Natalia Gherman, por citar a algunas.


Guterres, todo hay que decirlo, ha sido acogido con entusiasmo dentro y fuera de la ONU. Churkin destacó que el ex primer ministro portugués fue alto comisionado de la ONU para los Refugiados durante una década. «Es un político de altura que habla con todo el mundo, escucha a todo el mundo y dice lo que piensa».


Organizaciones de Derechos Humanos como Human Rights Watch destacaron que fue un gran abogado de los refugiados y expresaron su deseo de que inyecte «un tono radicalmente nuevo a este problema, uno de los grandes de nuestro tiempo», dijo Louis Charbonneau, director de esta ONG para la ONU.«Agenda de igualdad»

Incluso las mujeres desairadas parecieron resignarse al resultado «agridulce», tuiteó la costarricense Christiana Figueres, ya retirada de la contienda, porque «al menos se ha elegido al mejor hombre» entre los aspirantes. «Si bien estamos decepcionadas», dijo en un comunicado Antonia Kirkland, directora del programa Equality Now, «al menos tenemos la esperanza de que (Guterres) continúe una agenda de igualdad que asegure la paridad de género en su gabinete y priorice la lucha contra la violencia de género y la discriminación de la mujer».


El noveno secretario general de la ONU en sus 71 años de historia tendrá a su cargo a 44.000 trabajadores, sin contar a los más de 100.000 cascos azules que sirven a través de los gobiernos que los aportan. En su última comparecencia como Alto Comisionado para los Refugiados Guterres dijo sentirse privilegiado de haber trabajado en favor de los menos privilegiados del planeta, por lo que se espera que en el futuro inmediato los convierta en prioridad de su mandato. El mundo tiene ahora más desplazados que nunca desde la II Guerra Mundial y «la solución no es humanitaria, es política», dijo a la Asamblea General.


El socialista que sustituirá a Ban Ki-moon en el cargo el 1 de enero agradeció desde el Palacio de las Necesidades de Lisboa la confianza depositada y deseó que la unidad demostrada con su elección continúe para poder enfrentar los grandes retos de nuestro tiempo. Se felicitó también por la inteligencia y la competencia del resto de los candidatos «porque así han contribuido a darle credibilidad a este proceso». Y prometió cumplir su mandato con humildad, «sobre todo hacia los más vulnerables, las víctimas de los conflictos y de las injusticias de nuestro mundo».

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