Juguetes de contrabando para los niños de Alepo

El ingeniero y empresario Rami Adham en cada viaje intenta transportar entre 500 y 700 juguetes.

El ingeniero y empresario Rami Adham acaba de regresar de una peligrosa misión en Siria: introducir juguetes de contrabando para los niños de Alepo, donde intenta arrancar sonrisas entre los menores que sufren las atrocidades de la guerra.


Desde hace cuatro años, este sirio originario de Alepo, conocido como el "contrabandista de juguetes", arriesga su vida cruzando ilegalmente la frontera entre su país natal y Turquía para llevar los muñecos, juegos y peluches que consigue en Finlandia, donde vive.


Una ruta que lleva a cabo en avión desde Helsinki hasta el sur del territorio turco y a pie por una arriesgada travesía hasta Siria.


"Desde 2012, he cruzado un total de 28 veces, la última la semana pasada", explica a Efe Adham, de 44 años y padre de seis hijos, en una conversación por Skype.


"Todo comenzó cuando mi hija de tres años me dio sus juguetes y luego los de sus hermanas para que los llevara a Siria. Cuando nos quedamos sin juguetes en casa, los amigos y vecinos empezaron a darnos los suyos y así ha ido aumentado el círculo", rememora.


Al principio, Adham viajaba a Alepo como cualquier ciudadano sirio y cruzaba la frontera sin problema, pero cuando Turquía cerró hace año y medio el límite común, decidió continuar aunque fuera ilegalmente.


"Atravieso con la ayuda de contrabandistas o más bien contrabandeo conmigo mismo, así es cómo surgió el nombre de 'contrabandista de juguetes'", relata.


Normalmente, llega a Siria andando tras un trayecto de entre seis y ocho horas por un paisaje agreste y con una carga de unos 60 kilogramos, ya que en cada viaje intenta transportar entre 500 y 700 juguetes.


"Solo llevo juguetes y dinero, con el que luego compro en Siria cosas como comida y otro tipo de asistencia. Si transportara artículos de ayuda sería más complicado y necesitaría camiones", detalla.


Pese a que la carga que porta encima es considerable, para Rami lo más complicado es "hacer un cruce seguro de la frontera". En definitiva, "que no me disparen", aclara.


Una vez dentro del territorio sirio, sus amigos le esperan y le trasladan en coche a la ciudad de Alepo y zonas de su periferia, así como a campos de desplazados internos.


Los juguetes son repartidos entre huérfanos acogidos por familias y gente que conoce, ya que Adham dirige la ONG Suomi Syyria Yhteisö, que se dedica a apadrinar menores sirios.


"Tenemos unos 300 huérfanos y cada vez que viajo los visito y reparto chocolatinas y juguetes; a los mayores les entregamos una pequeña ayuda monetaria para los niños", indica Adham.


No trabaja con orfanatos, sino que ayuda a menores que vivan con algún pariente. "Cada vez que voy mis socios locales los contactan para que pueda verlos", señala.


Y es que el "contrabandista de juguetes" prefiere colaborar con lugares que pueda visitar: "Necesito apoyar proyectos que yo pueda ver físicamente con mis propios ojos, necesito ver a la gente, reunirme con ellos y ver qué necesitan".


Su última visita a Alepo, donde estuvo en el extrarradio meridional, fue especialmente dura.


"La situación en Alepo es más difícil que nunca, dentro de la ciudad están viviendo un asedio brutal, están aislados de todo los que les rodea, y cada día Rusia y el régimen bombardean matando a decenas e incluso cientos", lamenta.


Pese a la evolución de los acontecimientos, Adham asegura que seguirá viajando a Siria para repartir juguetes entre los niños.


Su proyecto ha alcanzado tal notoriedad que su almacén de muñecos alberga ya decenas de miles donados por particulares, ya que no recibe el apoyo de ningún Gobierno o institución.


"Empecé con mis ahorros y lo seguiré haciendo hasta que me quede sin ellos", subraya Adham, que abandonó su trabajo como ingeniero y ahora se dedica de lleno a su labor humanitaria y a su negocio de venta de productos nutricionales para deportistas en Finlandia, adonde se trasladó hace 28 años para completar sus estudios.


"Tengo la suerte de vivir aquí, hay comida en la nevera, mis hijos van a la escuela gratis y necesito poco más, solo un poco de dinero para sobrevivir", señala.


Sobre el futuro de Siria, Adham es "muy pesimista", porque "uno de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU participa en las masacres matando a mi gente (en referencia a Rusia), mientras las resoluciones contra las atrocidades en Siria son vetadas por Rusia y China".

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