El portazo de Macron apuntilla a Hollande
El inspirador del giro liberal dimite como ministro de Economía con la ambición de relevar al impopular presidente socialista.
Nuevo duro golpe para el presidente francés, François Hollande. Emmanuel Macron, su ministro más popular, abandonó ayer la cartera de Economía y se convirtió en uno de los mayores obstáculos para su reelección en la jefatura del Estado en las presidenciales de 2017. El portazo del inspirador y ejecutor del sesgo liberal de su política económica, que le ha enemistado con la izquierda clásica, apuntilla a un mandatario socialista hundido con sólo el 14% en intención de voto.
Macron, artífice del giro reformista de Hollande hacia propuestas bien vistas por la patronal, no llegó a formalizar su candidatura al Elíseo pero se declaró decidido a "transformar Francia desde el año próximo" y plantear sus soluciones en la campaña presidencial. "Deseo emprender una nueva etapa de mi combate político y construir un proyecto que sirva únicamente el interés general", proclamó.
El ministro dimisionario va a ser sustituido en el Gobierno por el titular de Finanzas, Michel Sapin, uno de los hombres más fieles a Hollande, que acumulará también la cartera de Economía a la cabeza de un superministerio de talla colosal. Un comunicado de la Presidencia indicó a media tarde que el dimisionario iba a "consagrarse por entero a su movimiento político". Fundado en primavera, este partido a la medida de la ambición presidencial de Emmanuel Macron es tan personalista que lleva sus iniciales en el nombre, En Marcha.
La dimisión es la aceptación del desafío planteado en julio por Hollande a su contestatario ministro: respetar la solidaridad gubernamental o dimitir si pretende aspirar al Elíseo. Dos días antes se había desmarcado de la política 'hollandesa' cuando describió un país "desgastado por las promesas incumplidas". Al mes siguiente rompió con su familia política al proclamar que "la honestidad me obliga a decir que no soy socialista".
En desbandada
Macron ha permanecido dos años en un Gabinete al que llegó en agosto de 2014 tras los portazos dados por Arnaud Montebourg y Benoît Hamon, dos exministros que ya son candidatos oficiales al Elíseo. La multiplicación de aspirantes en la izquierda es el principal obstáculo para la reelección de Hollande, fragilizado por su abisal impopularidad. La desbandada refleja la escasa confianza de los suyos en un presidente que no comunicará hasta diciembre si busca un segundo mandato a través de las primarias organizadas por los socialistas en enero.
La huida del inspirador de las políticas de ayudas masivas a las empresas deja más al desnudo de las miradas izquierdistas el giro liberal del mandatario al que el desertor susurraba fórmulas heréticas en el oído derecho. Banquero de negocios en la firma Rothschild antes de entrar en el Elíseo como consejero económico, el millonario prematuro y Mozart de las finanzas nunca fue bien visto por la vieja guardia roja de las esencias marxistas. Su repentina despedida encontró las pocas buenas palabras entre la patronal. Pierre Gattaz, su presidente, valoró que había sido un "buen ministro" por conocer "la empresa, la globalización y el mundo digital" pero que podría haber hecho más. En su legado queda la liberalización de sectores como el trabajo dominical, el transporte en autobús o los notarios.
En un milimetrado plan de comunicación, Macron apareció a mediados de mes en portada de la revista 'Paris Match' acompañado por su esposa de vacaciones en Biarritz. De ese número se vendieron 260.000 ejemplares, buena prueba del interés suscitado por una pareja atípica donde ella, Brigitte Trogneux, es 24 años mayor de quien fue su alumno de francés en el instituto. El matrimonio apareció ayer de nuevo en público en la despedida de los funcionarios y empleados del Ministerio de Economía.
