​Francia blinda su verano mientras los religiosos piden más protección

Unos 2.500 jóvenes han manifestado su interés por integrarse en la reserva, entre quienes está Marion Marechal Le Pen.

Soldados franceses montan guardia antes de una misa en homenaje al sacerdote asesinado Jacques Hamel, en la Catedral de Notre Dame
Soldados franceses montan guardia antes de una misa en homenaje al sacerdote asesinado Jacques Hamel, en la Catedral de Notre Dame
EFE/Christophe Petit Tesson

Francia blindará sus eventos y festivales previstos para el verano con 23.500 policías, gendarmes, militares y reservistas, mientras trata de atender también la demanda de los líderes religiosos de garantizar una mayor protección a los lugares de culto.


Ante un nivel de amenaza terrorista sin precedentes y solo un día después de que dos yihadistas degollaran en nombre del Estado Islámico (EI) a un sacerdote en una iglesia de Normandía, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, detalló cómo se reforzará el dispositivo de seguridad para 56 eventos hasta finales de verano.


Cazeneuve, que intervino al término de un consejo restringido de seguridad y defensa presidido por el jefe del Estado, François Hollande, quiso tranquilizar así a sus compatriotas pero también a los millones de turistas que recibe Francia en el periodo estival.


El objetivo es garantizar "el buen desarrollo de esos acontecimientos", destacó el ministro, quien dijo haber ordenado a los prefectos (delegados del Gobierno) evaluar en cada caso las necesidades con los alcaldes, delimitar las responsabilidades y decidir la cancelación de los actos "si no se dan las condiciones" de seguridad.


Este refuerzo del dispositivo acarreará también el aumento a 10.000 del número de militares que participan en la misión antiterrorista Sentinelle por todo el territorio francés.


Sin embargo, a partir de ahora se destinará a más militares fuera de París, que ahora concentra el 40 % del total, y se aumentará el recurso a los reservistas de la Gendarmería.


Unos 2.500 jóvenes franceses han manifestado su interés por integrarse en la reserva operativa, entre quienes está la diputada y dirigente ultraderechista del Frente Nacional Marion Marechal Le Pen.


Cazeneuve, que ha sido muy criticado por la gestión de la seguridad en la masacre cometida en Niza el pasado 14 de julio, en la que murieron 84 personas, defendió de nuevo su actuación e instó a no escuchar los cantos de sirena de la derecha y la ultraderecha de recurrir a leyes más contundentes contra el terrorismo.


"No podemos salir del Estado de derecho para proteger el Estado de derecho" porque por esa vía "habremos consagrado la victoria de los terroristas", argumentó.


El ministro recibió hoy el espaldarazo del informe de la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), encargado por el propio Cazeneuve, que dictaminó que el dispositivo policial desplegado en Niza el día del atentado era el adecuado según el nivel de amenaza conocido.


"Sin conocimiento de una amenaza particular, el servicio del orden no estaba infradimensionado", señaló la jefa del IGPN, Marie-France Moneger-Guyomarc'h, en la presentación del informe.


Esta preocupación por la seguridad se ha trasladado ahora a los líderes religiosos franceses, que hoy, tras reunirse con el presidente, François Hollande, reclamaron un refuerzo de la protección de los lugares de culto.


El rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur, espera que los "centros de culto judíos, cristianos, musulmanes, sean objeto de una mayor atención" porque incluso "el más humilde es también objeto de agresión" a la vista de lo ocurrido en la iglesia de Saint Etienne du Rouvray.


Precisamente los representantes religiosos se congregaron por la tarde en una eucaristía en la catedral Notre Dame de París junto a la clase política francesa, encabezada por Hollande.


Las fuerzas de seguridad establecieron un vasto perímetro de seguridad en torno a la catedral desde horas antes del comienzo del servicio eucarístico para controlar a todos los asistentes


Unas 1.500 personas llenaron Notre Dame para asistir a la ceremonia, entre ellas, además de Hollande, el primer ministro, Manuel Valls, los expresidentes franceses Nicolas Sarkozy y Valéry Giscard d'Estaing, o los jefes de filas de los partidos de la oposición.


El cardenal André Vingt-Trois ofició la eucaristía junto al arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun, de cuya diócesis dependía el sacerdote de 86 años degollado ayer por dos yihadistas, que fueron posteriormente abatidos por la policía.


"Quienes se cubren con la bandera de la religión para enmascarar su proyecto mortífero, quienes nos quieren anunciar a un Dios de la muerte (...) no pueden esperar que el hombre ceda a su espejismo", dijo Vingt-Trois.

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