El gobierno maliense reconoce la muerte de 17 soldados en un ataque yihadista

Además hay una treintena de heridos, según asegura el ministro de Defensa, Hubert Coulibaly.

El gobierno maliense ha reconocido la muerte de 17 de sus soldados en un ataque perpetrado en la madrugada en Nampala, localidad que estuvo en manos de los atacantes yihadistas durante casi toda la jornada.


Además de los 17 muertos, hay una treintena de heridos, aseguró el ministro de Defensa, Hubert Coulibaly, ante la Radiotelevisión Nacional, tras participar en una reunión extraordinaria del Comité de Defensa Nacional convocada por el presidente Ibrahim Boubacar Keita.


El ataque, de una audacia extrema y que demostró "una gran coordinación" entre sus autores, según el ministro, ha sido reivindicado por dos grupos distintos, ambos yihadistas: Ansar Dine, del tuareg Iyad Ag Ghali, y la Alianza por la Salvaguarda de la Identidad Peuhl (grupo étnico negro del centro del país). Se desconoce el número de muertos entre los atacantes, pero varios testigos afirmaron haber visto a los terroristas recoger numerosos cadáveres de los suyos en los camionetas con los que perpetraron el ataque a Nampala.


La región donde se encuentra Nampala es muy abundante en escuelas coránicas donde estudian jóvenes que en los últimos tiempos se han radicalizado muy rápidamente y se han convertido al yihadismo siguiendo a líderes locales como el tuareg Iyad Ag Ghali (gran referente del yihadismo en todo el Sahel) o el también peuhl Amadu Kouffa, quien también cuenta con un grupo armado a sus órdenes.


Según dijeron a Efe fuentes locales en Nampala, la amenaza sobre la ciudad ya era latente en las últimas semanas, y el hecho de que se haya llevado a cabo ilustra, por un lado, la inoperancia del ejército, y por otro, las complicidades con las que los yihadistas cuentan en la región.


El primer ataque tuvo lugar hacia las 5 de la madrugada (misma hora GMT) contra el cuartel de Nampala, junto a la frontera con Mauritania, y posteriormente contra otras posiciones militares vecinas. Los atacantes llegaron a bordo de más de cuarenta vehículos de tipo camionetas, que rodearon el cuartel de Nampala y lo sometieron a una lluvia de fuego pesado y ligero durante dos horas, antes de que los militares se dieran por vencidos y se replegaran hacia la ciudad de Diabaly.

Acto seguido, se hicieron con el control del cuartel y todo su arsenal de armas, incluidos diez vehículos militares, y plantaron las banderas yihadistas sobre sus muros.


Las fuentes dijeron que, además de Nampala, los yihadistas también se apoderaron de la ciudad de Léré, aunque de esta última fueron desalojados horas después con refuerzos llegados desde Niafunké, en la región de Tombuctú.


A primera hora de la tarde, el gobierno anunció el envío de refuerzos hacia Nampala, mientras las ambulancias militares iban recogiendo cadáveres a su paso, pues los yihadistas habían tendido además una emboscada a los soldados en su primera huida.


No es la primera vez que los grupos yihadistas malienses demuestran su fuerza con ataques a cuarteles de los que se consiguen apoderar durante horas, antes de retirarse con armas y pertrechos en la vasta zona desértica del norte del país.

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