El Parlamento Europeo cuestiona el acuerdo migratorio con Turquía

Varios eurodiputados consideran que la crisis migratoria le está permitiendo al presidente de Turquía "hacer chantaje" a la Unión Europea.

Situación de unos refugiados en Idomeni
Situación de unos refugiados en Idomeni
Efe

El pleno del Parlamento Europeo (PE) se mostró crítico con las últimas medidas propuestas por la Comisión Europea (CE) para atajar la crisis migratoria, como la reforma del sistema europeo de asilo y el plan para eximir de visados a los turcos que viajen al espacio Schengen.


Un gran número de eurodiputados utilizaron la palabra "chantaje" para definir el comportamiento del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, hacia la Unión Europea (UE) en el contexto de la presente crisis migratoria, y se negaron a iniciar la negociación sobre la liberalización de visados hasta que Ankara cumpla los 72 requisitos que se le reclaman.


La UE reclama a Turquía cambios en materia de lucha contra la corrupción, cooperación con Europol y con los Estados miembros en asuntos penales, así como que modifique su Ley Antiterrorista para acercarla a la legislación europea, con el objetivo de asegurar que su aplicación no se puede extender a periodistas o académicos.


Bruselas selló un pacto migratorio el pasado 18 de marzo para frenar la llegada de inmigrantes y refugiados a Europa a cambio de 6.000 millones de euros y ventajas como la liberalización de visados, en una difícil negociación con el entonces primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.


Sin embargo, tras la reciente dimisión de Davutoglu, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se ha negado a hacer ajustes a la Ley Antiterrorista y ha sugerido a la UE un cambio de mentalidad. "No podemos apoyar la liberalización de visados antes de que se cumplan todos los requisitos", señaló la eurodiputada Mariya Gabriel (PPE).


La socialista Tanja Fajon sostuvo que es "muy importante" cooperar con Turquía para solucionar la crisis de refugiados, pero recalcó que esto no puede suponer "que se haga la vista gorda" si Turquía no cumple los requisitos.


Por su parte, la liberal Sophia in't Veld (de ALDE) criticó que a la UE le sea "más fácil llegar a un acuerdo con dictadores como Erdogan que llegar a una política común de refugiados", y calificó el comportamiento del líder islamista de "chantaje".


Marie-Christine Vergiat (de Izquierda Unitaria) coincidió en que la crisis de refugiados le está permitiendo a Turquía "hacer chantaje" y dijo no estar dispuesta a cerrar los ojos ante lo que ocurre en este país.


"La UE no puede convertirse en un actor que, ante estas violaciones del Estado de derecho, cierre los ojos", indicó Rebecca Harms, de Los Verdes.

El comisario europeo de Migración e Interior, Dimitris Avramópulos, intervino al final del intenso debate para "tranquilizar" a los eurodiputados, a los que aseguró que se van a cumplir los plazos y las condiciones establecidas, al tiempo que les recordó que la Eurocámara y el Consejo de la UE deciden en esta materia por codecisión, por lo que la decisión está en sus manos.


El ministro turco para Asuntos de la Unión Europea, Volkan Bozkir, que acudió hoy a Estrasburgo para reunirse con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, aseguró que se está buscando un "camino" para "salvar" el acuerdo de readmisión de refugiados, tras el desencuentro entre Ankara y Bruselas sobre la liberalización de visados.

La Eurocámara analizó también por primera vez la propuesta de la CE para reformar el reglamento de Dublín, que rige la política de asilo europea y determina qué Estado miembro es responsable de gestionar una demanda de asilo.


Las grandes familias políticas del PE, pese a considerar que el cambio planteado por Bruselas introduce "elementos positivos", admitieron que esperaban más y que hubieran preferido un verdadero sistema europeo de asilo, en lugar de mantener los principios básicos del actual con un mecanismo para casos de crisis y unas sanciones indirectas para los países que no participen en él.


Precisamente la idea de que aquellos países que no quieran participar en el reparto de refugiados en momentos de crisis puedan pagar 250.000 euros por refugiado para quedar exentos llegó a ser calificada hoy como "la propuesta más absurda de la Comisión", en palabras de Richar Sulík (ECR).


"Eximir (de las responsabilidades) mediante pago no es la mejor manera de motivar la solidaridad", sostuvo la eurodiputada del PPE Roberta Metsola.

La eurodiputada de S&D Elly Schlein subrayó que "la respuesta no es la que esperábamos", al tiempo que criticó que se mantenga la idea de que los principales responsables de gestionar una demanda de asilo sean los países que, como Grecia e Italia, son frontera exterior de la UE, y que no se tenga en cuenta que sus capacidades de acogida están ya sobrepasadas.

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