Breivik vuelve a utilizar el saludo nazi

El autor de la matanza de Utoya, que acabó con la vida de 77 personas, acusa al Estado noruego de trato "inhumano".

Breivik realiza el saludo nazi ante el tribunal que le juzga
Breivik realiza el saludo nazi ante el tribunal que le juzga
AFP

El ultraderechista Anders Behring Breivik, autor de los atentados de julio de 2011 en Noruega, ha acusado este martes al Estado noruego de darle un trato "inhumano" y de imponerle un castigo adicional, en el inicio del proceso civil por su régimen de condena. 


Breivik se ha presentado con la cabeza rapada y el brazo alzado, emulando el saludo nazi, como ya hizo en los juicios de 2012, ante el tribunal que va a analizar su denuncia contra el estado noruego por considerar que vulnera sus derechos fundamentales al mantenerle encarcelado en régimen de aislamiento. 


La jueza del caso, Helen Andenæs Sekulic, le ha pedido al término de la jornada que no volviera a repetir el gesto. "¿Por qué? Es un saludo nórdico que mis antepasados hacían", ha replicado el preso.


El tribunal deberá determinar si el Estado viola dos artículos de la Convención Europea de Derechos Humanos sobre el trato en prisión y el respeto a la vida privada, en un juicio que se celebrará esta semana y que, por motivos prácticos y de seguridad, se desarrollará en la cárcel de Skien, al sur de Oslo, donde Breivik cumple condena.


El abogado del acusado, Øystein Storrvik, sostiene que las condiciones de la condena, en régimen de alta seguridad, han violado la convención durante los casi cinco años que lleva internado, primero en Ila y desde otoño de 2013 en Skien, y niega que los cambios introducidos hayan mejorado la situación general. Las humillaciones que denuncia Breivik hacen referencia sobre todo al período en Ila, con frecuentes cacheos, desnudos y uso continuado de esposas, además de inspecciones nocturnas.


La ausencia de visitas no profesionales, con contacto a través de un vidrio, salvo con su madre antes de morir, y el control de las comunicaciones con el exterior le impiden desarrollar relaciones sociales, según el demandante. 


Storrvik ha apelado a varios informes penitenciarios que advertían ya en 2011 cambios de comportamiento que podían deberse al aislamiento y ha criticado al Estado por imponerle un trato duro. "El régimen se diferencia de forma tan palpable del tratamiento a otros presos en las cárceles las últimas décadas que lleva a pensar que se trata de una pena adicional", ha afirmado.


Los fiscales del Estado han rechazado que existan violaciones de los derechos humanos y han resaltado que la dureza de las condiciones obedece a que se le aplica un régimen de máxima seguridad, acorde con una persona condenada a 21 años prorrogables indefinidamente por unos atentados en los que murieron 77 personas.


"Breivik es, en pocas palabras, un hombre muy peligroso, esa es la causa del régimen penitenciario", ha sostenido el fiscal Marius Emberland, quien ha recordado además que una condena implica "sufrimiento".


Que el ultraderechista de 37 años haya afirmado en prisión que no persigue más acciones violentas, no debe ser tenido en cuenta, ha añadido el fiscal, resaltando que no ha mostrado arrepentimiento.


La fiscalía ha recordado que el régimen al que está sometido el condenado ha sufrido modificaciones que han reducido el uso de esposas y han mejorado las condiciones en prisión. Breivik puede pasear al aire libre, acceder a un área donde hacerse la comida y relacionarse con los guardias del penal una vez por semana. También tiene tres habitaciones para él solo, un ordenador sin internet, una Playstation y una máquina de escribir electrónica.


Emberland ha echado mano de varios informes de los servicios de salud penitenciarios en los que se apuntan algunos problemas como jaquecas o desorientación, pero siempre temporales, lo que impide hablar de daños significativos provocados por el aislamiento.


El control de las comunicaciones es parcial y se debe a que sigue siendo una amenaza para la sociedad y el Estado debe proteger sus intereses, ha sostenido la fiscal Adele Matheson Mestad, quien ha defendido que se hayan impuesto medidas "necesarias y proporcionadas".


Mestad ha resaltado que solo el 15 % de las cartas que le han llegado o ha querido enviar han sido prohibidas, y que estas iban dirigidas a simpatizantes que en su mayoría no conocía antes de los atentados contra el complejo gubernamental de Oslo y el campamento de las Juventudes Socialdemócratas en la isla de Utøya.


"Breivik es el peor terrorista y asesino de nuestro tiempo. Quienes le han escrito simpatizan con sus ideas y aplaudieron en gran medida sus actos. Entre ellos puede haber un nuevo Breivik, solo hace falta uno para matar a 77 personas", ha afirmado la fiscal. 


?Breivik declarará este miércoles, en una intervención que no será retransmitida por decisión judicial.

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