El Este de la UE diseñan un plan B para detener la llegada de refugiados

Los líderes del V4 también pidieron el fin de la guerra en Siria.

Los representantes de los países del este de Europa.
Los representantes de los países del este de Europa.
Reuters

República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia acordaron hoy en Praga un "plan alternativo" a la estrategia de la UE para frenar el flujo de refugiados y que pasa por cerrar el paso en Macedonia y Bulgaria, ante lo que consideran el fracaso de Grecia en la protección de las fronteras comunitarias.


"Damos a Grecia hasta abril, pero soy pesimista", señaló el primer ministro eslovaco, Robert Fico, al término de la cumbre de jefes de Gobierno de esos cuatro países, que forman el Grupo de Visegrado.


Los cuatros socios comunitarios aprobaron hoy una declaración en la que instan a poner a funcionamiento la guardia fronteriza y costera europea y el plan de acción con Turquía, al que se le han prometido 3.000 millones de euros a cambio de que contenga en su territorio a las miles de personas que huyen de la guerra en Siria.


Más adelante, el texto alude a un "plan de apoyo alternativo" para la ruta de los Balcanes occidentales, por la que llegan a la Unión Europea (UE), a través de Grecia y desde Turquía, la mayoría de los refugiados. Este "plan B" se pondría en marcha en el caso de que Grecia no cumpla hasta abril sus compromisos de velar la frontera exterior del espacio de Schengen de libre circulación en Europa.


"En el caso de que sea imprescindible tomar más medidas dirigidas a fortalecer la frontera exterior de los países de la región de los Balcanes occidentales, esto puede traer consecuencias para Grecia. En ese caso, habrá que ayudar a Grecia", dice el texto. Fico aclaró que su país está dispuesto a aumentar en 300 efectivos policiales su contingente en Macedonia, donde ya tiene desplegados a 25 agentes. También Hungría y República Checa han enviado contingentes a ese país. El socialdemócrata también apeló a Bruselas para que tome medidas de calado.


"Si no hay una decisión seria, algo ocurrirá", advirtió, y añadió que "muchos políticos europeos no tienen sentido de la realidad" al afrontar la actual crisis migratoria. Una crisis que en 2015 se manifestó en el tránsito de más de un millón de personas por la ruta de los Balcanes por Grecia, Macedonia, Serbia, Eslovenia, para llegar a Austria, Alemania y otros países ricos.


De todos los socios de Visegrado, sólo Hungría se vio afectado por este éxodo, hasta que cerró con alambradas sus lindes con Serbia y Croacia. Los cuatro, que apenas reciben peticiones de asilo, han rechazado la propuesta de Bruselas de repartir entre todos los socios la carga de la atención a los refugiados.


La primera ministra polaca, Beata Szydlová, subrayó que la propuesta acordada hoy no es una "maniobra en contra de nadie". Ya antes de la cumbre de Praga, el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, había advertido contra la creación de un "club de disidentes" y recordó que esos países excomunistas disfrutaron en el pasado de la solidaridad de la UE.


Tampoco es, dijo Szydlová, una alternativa al plan de acción acordado entre Bruselas y Turquía, impulsado principalmente por Alemania. "Apoyamos el acuerdo entre Turquía y la UE con un plan de acción, para regular la presión migratoria", aseguró asimismo el jefe del Gobierno checo, Bohuslav Sobotka.


Eso sí, Sobotka precisó que espera que Ankara trabaje "según las reglas de Schengen". Para Viktor Orbán, primer ministro húngaro, ese plan B será una "segunda línea" de protección ante el convencimiento de que Grecia no será capaz de detener la llegada de refugiados. Se trataría de una "línea secundaria de protección que podría describir como una frontera de Schengen", explicó el líder conservador.


"La cuestión es si queremos construir una línea secundaria", se planteó retóricamente Orbán, cuyo país está comenzando a elevar una valla con Rumanía. Orbán dijo que la política comunitaria en materia de emigración "no funciona para nada" y sólo crea "un caldo de cultivo para el terrorismo".

Los líderes del V4 también pidieron el fin de la guerra en Siria, origen de este proceso migratorio.


La canciller alemana, Angela Merkel, ha rechazado la posibilidad de parar el flujo migratorio en Macedonia y ha defendido que se debe actuar en la frontera exterior de la UE, es decir, entre Grecia y Turquía.

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