Los estudiantes vuelven a la Universidad de Garissa tras la masacre de Al Shabab

Solo se reincorporan a las clases los alumnos que no pudieron ser recolocados en otros campus.

Algunos estudiantes de la Universidad de Garissa, donde el pasado abril el grupo terrorista somalí Al Shabab asesinó a 148 personas, volvieron este lunes a las clases después de que las autoridades reabrieran el campus, situado al este de Kenia.


En medio de fuertes medidas de seguridad, los estudiantes intentan ahora retomar su rutina después de que el ataque terrorista obligara a cerrar la universidad y a trasladar a gran parte de sus alumnos a otros campus, como el de la Universidad Moi en Eldoret (oeste), para que pudieran continuar con sus estudios.


Sin embargo, las autoridades reconocieron que la mayoría de los estudiantes que sobrevivieron al ataque no volverán a la Universidad de Garissa.


Según explicó a los medios locales el director de la universidad, Ahmed Osman Warfa, solo se reincorporan este lunes a las clases los alumnos que no pudieron ser recolocados en otros campus, aunque se espera que el próximo septiembre los estudiantes puedan empezar con normalidad el nuevo curso.


En el campus todavía siguen muy presentes la masacre y los recuerdos de aquel 2 de abril, cuando a primera hora de la mañana un grupo de terroristas entraron en el recinto y empezaron a disparar indiscriminadamente y detonaron varios artefactos explosivos.


Ahora, el Gobierno keniano ha reforzado las medidas de seguridad en el campus con la creación de un puesto de la policía en el recinto y un punto de control de seguridad en la entrada.


Una de las mayores críticas que recibió el Gobierno tras la masacre fue su incapacidad para garantizar la seguridad y su tardía reacción ante el ataque, el peor que ha sufrido Kenia desde el atentado de Al Qaeda contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998, cuando murieron 213 personas.


Al Shabaab ha matado a más de 400 personas en Kenia desde abril de 2013 en represalia por el envío de tropas a Somalia para impedir que los yihadistas instauren un estado de corte wahabí en ese país del Cuerno de África.


Ciudades fronterizas como Garissa, situada a unos 200 kilómetros de la frontera con Somalia, viven bajo la constante amenaza de Al Shabab, asociado a Al Qaeda, que ha llevado a cabo múltiples ataques en esta zona.

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