​Los agricultores franceses piden a los españoles que también exijan la armonización europea

Según el secretario general del principal sindicato sectorial de Francia, los controles no son operaciones de bloqueo sino de sensibilización.

Varios agricultores franceses protestan en la autopista A31, cerca de Hauconcourt.
Varios agricultores franceses protestan en la autopista A31, cerca de Hauconcourt.
Efe

Los agricultores franceses, movilizados desde hace dos semanas por la caída de los precios, especialmente del vacuno, aseguran que no tienen nada contra sus colegas españoles o alemanes, a quienes invitan a sumarse a su lucha para obtener una estandarización de normas y precios en toda la Unión Europea (UE).


"No tenemos nada en contra de los productores españoles o alemanes. Debemos pedir juntos una armonización europea", declaró hoy en una entrevista telefónica con EFE Dominique Barrau, secretario general de la Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas (FNSEA), principal sindicato sectorial de Francia.


Desde hace dos semanas, los productores agroalimentarios galos desarrollan acciones de protesta, por ejemplo, en las fronteras de Francia con Alemania (norte) y España (sur), donde paran e inspeccionan camiones para comprobar el origen y el etiquetado del cargamento.


"Los controles en la frontera no son operaciones de bloqueo sino de sensibilización, para que cuando los cargos electos en Francia tomen medidas se den cuenta de que las fronteras están abiertas", agregó el representante sindical.


El plan de ayuda de urgencia de 600 millones de euros anunciado la semana pasada por el Gobierno no ha conseguido relajar la presión del sector, que se queja de que los bajos precios y elevados costes de producción en Francia tienen por origen la exigente normativa que aplica el Estado francés.


"No nos satisface porque la reivindicación de los sindicatos es sobre el precio y el gobierno ha propuesto el pago retardado de los impuestos", señaló Barrau.


Lamentó que el Gobierno francés sea "más exigente que con la normativa europea que el gobierno, por ejemplo, de España" ya que "corresponde a cada país presentar un plan de acción" a partir de las directrices comunitarias.


Las críticas hacia el Ejecutivo no han perdido pujanza, ni con el plan de ayuda, reforzado con 600 millones de euros de créditos públicos, ni con las declaraciones de buenas intenciones.


El presidente francés, François Hollande, ha señalado que se notarán los efectos de las medidas adoptadas y que se esforzará por elevar los precios y explicar a los consumidores el por qué.


Además, pidió a las administraciones públicas que privilegien los productos con sello francés, por ejemplo, en los comedores colectivos.

"Hay que respetar las reglas europeas, pero también tiene que haber un aprovisionamiento que apoye a los agricultores de Francia", indicó antes de recordar una de las medidas del dispositivo presentado a favor de los ganaderos.


La semana que viene, representantes del sector se reunirán de nuevo con el ministro de Agricultura, Stéphane Le Foll, al que reivindicarán una mejora de la "trazabilidad" de los productos y un cambio en los mecanismos de "contratación" entre los grandes agentes de la industria.

En cuanto a la "trazabilidad", el secretario general de la FNSEA exige que la charcutería que se vende como "francesa" sea efectivamente "originaria de Francia".


"La reglamentación vigente en la Unión Europea permite llamar 'charcutería de Auvergne' a carne transformada en esa región (del este de Francia) pero producida en Italia, España o Polonia", señaló.


Respecto a la "contratación", la FNSEA critica que "con la reglamentación francesa de hoy se pueda firmar un contrato solo entre el transformador industrial y el distribuidor".


"Queremos contratos tripartitos con los productores", subrayó Barrau en nombre de un sindicato que persigue que la tonelada de leche alcance los 340 euros frente a los 300 de la actualidad y que el kilo de carne estándar se venda por encima de los 3,5 euros, frente a los cerca de 3 euros vigentes.


"Hay agricultores que venden a pérdidas (por debajo del coste de producción) y continuaremos con la movilización hasta que alcancemos los precios que necesitamos", añadió.


Ese sindicato alertó además de los riesgos que la crisis agrícola supone para el empleo, después de que el Ministerio reconociera que en torno al 5 % de las explotaciones están en riesgo de quiebra.


"Solo en la región de Bretaña se han perdido 2.000 empleos en el agroalimentario desde el inicio del año", agregó el líder sindical.

Los próximos días continuarán las acciones, con la mirada puesta en la reunión con el Gobierno francés, pero también en el Consejo Europeo dedicado a la agricultura que se celebrará en Bruselas el próximo 7 de septiembre.


"La agricultura tiene vocación de estar presente en todos los territorios, debemos hacer juntos el combate por la armonización en toda Europa", concluyó el secretario general de la Federación Nacional de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas.

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