El sospechoso del atentado de Isère abría botellas de gas cuando fue reducido

Los hechos fueron grabados por dos de las cámaras de seguridad de la empresa donde trabajaba, según el fiscal responsable del caso.

Atentado en Francia.
Atentado en Francia.

Yasin Salhi, sospechoso de ser el autor del atentado de hoy en Isère, localidad situada al este de Francia, estaba abriendo botellas de acetona presuntamente para provocar una explosión, en el momento en el que fue reducido por un bombero, informó el fiscal jefe de París, François Molins.


El fiscal, responsable último de la investigación judicial, dijo en una rueda de prensa en la capital francesa que los hechos fueron grabados por dos cámaras de vigilancia situadas en empresas de la zona.


Salhi estrelló la furgoneta contra uno de los dos almacenes de la fábrica y fue detenido cuando abría botellas de acetona en el segundo.


Molins afirmó que en el actual estado de las pesquisas "ningún elemento permite determinar que el sospechoso tuviera cómplices dentro de la fábrica", aunque reconoció que hay otro individuo arrestado, además de su esposa y su hermana.

Se trata de una persona que diversos testigos vieron pasar de forma sistemática delante de la fábrica antes del atentado.

El fiscal confirmó que Salhi había sido seguido por los servicios secretos franceses entre 2006 y 2008 por su radicalización y cercanía con medios salafistas, y agregó que entre 2011 y 2014 también mantuvo vínculos con el movimiento salafista de la región de Lyon.


Molins señaló que falta por determinar si Salhi cortó la cabeza de su jefe cuando ya estaba muerto y establecer cuáles son las motivaciones de su acto y si tuvo cómplices.


La cabeza, dijo el fiscal, fue encontrada colgada en la valla de la fábrica, rodeada de banderolas con inscripciones de la "Chahada", la exaltación de la fe musulmana.

El cuerpo del empresario, de 54 años, fue hallado junto a la furgoneta, la misma con la que habitualmente él o su empleado acudían al lugar a hacer entregas.


Por eso, dijo Molins, Salhi no tuvo ningún problema en que le abrieran las puertas de la planta, sometida a un acceso restringido a causa de los materiales que allí se tratan.


Los empleados le conocían bien, lo que ayudó a su rápida identificación pese a que él se negó a dar su identidad.

Junto al vehículo se halló un cuchillo que está siendo objeto de análisis por los investigadores.


Aunque en el momento del atentado en la planta trabajaban unas 43 personas, Molins señaló que no se registraron heridos.