​Un "lenguaje nuevo" para la Iglesia católica irlandesa

El arzobispo de Dublín exige una reflexión interna y reconoce una brecha comunicativa con la juventud.

La Iglesia católica irlandesa admitió este sábado que necesita un "lenguaje nuevo" para hablar con sus fieles, después de la victoria del "sí" en el referéndum sobre el matrimonio homosexual, que ha puesto en entredicho su influencia en el país.


Mientras los partidarios del sí se recuperaban todavía de la fiesta de la victoria, que duró hasta la madrugada, muchos católicos fueron a misa como cada domingo para escuchar las palabras del párroco tras el referéndum del viernes. "La Iglesia tiene que encontrar un nuevo lenguaje que pueda ser entendido y oído por la gente", dijo a la prensa el arzobispo Diarmuid Martin, una de los figuras más veteranas de la institución, al salir de misa en la catedral de Santa María de Dublín.


"Tenemos que ver por qué las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia no están llegando ni a sus propios fieles", afirmó. El sí ganó claramente con un 62% de los votos, frente al 38% para el no, en un país donde ser homosexual fue un crimen hasta 1993. La mayoría de irlandeses se consideran católicos, pero la influencia de la Iglesia ha disminuido en los últimos años, víctima de la secularización y de la revelación de numerosos casos de abusos sexuales a niños en el seno de la institución.


"Hay una brecha cada vez más grande entre los jóvenes irlandeses y la Iglesia", reconoció el arzobispo. Irlanda se convertirá en el país número 19 en el mundo en legalizar el matrimonio homosexual, un proceso que tardará todavía algunos meses. Un total de 42 de las 43 circunscripciones electorales votaron "sí" el viernes, con una participación muy elevada, del 60%, gracias en parte a los miles de expatriados que volvieron a Irlanda para la ocasión. Según Tony Flannery, cofundador de una asociación de sacerdotes católicos que fue apartado de su ministerio en 2012 por sus opiniones liberales sobre la contracepción y la ordenación de mujeres, la Iglesia tiene que cambiar en su actitud hacia los jóvenes.