González insiste en que viajará a Caracas el 17 de mayo para defender a los opositores presos

A juicio del espresidente, Nicolás Maduro "no entiende que la oposición está para oponerse a sus políticas" y que no se puede criminalizarla.

El expresidente del Gobierno Felipe González ha asegurado este miércoles que tiene previsto llegar a Caracas el próximo 17 de mayo y permanecer en el país hasta el 21 para asistir a la defensa de los opositores presos Leopoldo López y Antonio Ledezma.


González ha asegurado que aún en el caso de que le impidieran asistir al juicio oral contra los políticos opositores, prohibiéndole la entrada en el país, "es imposible" que le impidan seguir defendiéndolos en las instancias internacionales, "que también obligan al Estado venezolano".


"No nos hemos tirado a una piscina sin agua", ha señalado el exjefe del Ejecutivo quien ha recalcado que la defensa de los opositores ha estudiado el ordenamiento jurídico venezolano y, "desde el respeto" a las leyes y a la Constitución bolivariana, ha ideado esta iniciativa.


González ha negado que haya coordinado su estrategia con Estados Unidos "ni mucho menos decidido en función de eso".


Sí ha reconocido que la situación se puede complicar el 14 de mayo, tres días antes de su viaje a Caracas, cuando participe en la entrega de un premio de derechos humanos en el Congreso de Estados Unidos, que recibirán sus esposas, y en el que le han invitado a intervenir con unas palabras.


Ha recalcado que no cobrará por asistir a la defensa de los opositores y ha mostrado su preocupación por la situación en Venezuela. A juicio del expresidente del Gobierno español, el "problema" es que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, "no entiende que la oposición está para oponerse a sus políticas" y que no se puede criminalizarla.


González ha matizado que no se encuentra en una "batalla" contra el Gobierno de Nicolás Maduro, a quien ha reconocido "la legitimidad de origen" que tiene cualquier gobierno elegido por los ciudadanos mediante su voto.


Pero ha advertido de que una cosa es la legitimidad de origen y otra la de ejercicio y, si uno no respeta la opinión de la oposición, la independencia del poder judicial o las garantías democráticas, la segunda "empieza a fallar".