​Acusan en Italia a quince inmigrantes de arrojar al mar a otros doce por ser cristianos

La UE admite que la situación en el Mediterráneo "es grave y empeorará", pero no dispone "ni de dinero ni de apoyo político" para rescates.

Inmigrantes desembarcados en Palermo
?Acusan en Italia a quince inmigrantes de arrojar al mar a otros doce por ser cristianos
Afp

Dentro de la gran tragedia de la inmigración en el Mediterráneo hacia Italia se descubrió ayer otra historia tremenda que, de confirmarse, añadiría nuevos matices de horror. Lo investiga la Justicia italiana: quince africanos de fe musulmana fueron arrestados tras desembarcar en Palermo acusados de haber arrojado por la borda, durante la travesía, a otros doce viajeros de confesión cristiana a causa de una disputa religiosa. Les han acusado al llegar a tierra otras personas que iban en la nave. Los arrestados son en su mayoría de Costa de Marfil, junto a otros de Malí, Senegal y Guinea Bissau. Entre ellos hay un menor de 17 años. Las presuntas víctimas serían de Ghana y Níger.


La dramática escena habría ocurrido la noche del martes en una embarcación neumática con 105 personas a bordo. No es raro que en estas situaciones surjan peleas, a veces por el agua, por el mejor sitio, pero es la primera vez que se habla de motivos religiosos. Según los testimonios recogidos, algunos de los cristianos atacados se habrían salvado de ser arrojados al agua al formar una cadena humana e incluso pagar dinero. Todo debe de ser aclarado, pero la Fiscalía de Palermo lo ha tomado en serio.


No fue la única noticia desgraciada de ayer, pues los desembarcos prosiguen -en lo que va de mes ya superan las 12.000 personas- y no todos terminan bien. Sigue sin haber ninguna confirmación oficial del supuesto naufragio con 400 personas del pasado lunes, indicado por algunos testigos, y ayer cuatro africanos informaron de otro. Ellos serían los únicos supervivientes de una nave hundida con otras 41 personas. Zarparon el sábado de Trípoli y el martes la lancha naufragó. Los cuatro fueron salvados por una nave de la Marina italiana, que luego rescató a otros 582 subsaharianos, sirios y dos palestinos. Había muchas mujeres, diez de ellas embarazadas y 50 menores, entre los cuales seis bebés. Estos días ha habido varios casos de mujeres que han dado a luz nada más llegar. Se repite otro problema increíble y creciente que denuncian las ONG en los últimos años: los niños que llegan solos, sin compañía de ningún adulto, tras haber sufrido violencia de todo tipo. Estos días, por ejemplo, han sido más de 300.


La ruta de la inmigración de Libia a Sicilia vuelve a dispararse e irá a más con el buen tiempo. El año pasado se llegó a 150.000 personas socorridas, pero al menos había un despliegue europeo. Este año Italia está sola, una decisión que ha acarreado severas críticas contra la UE. El ministro de Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, volvió a quejarse: "El 90% de la vigilancia y los rescates pesan sobre nuestros hombros, la UE no nos ha dado ninguna respuesta adecuada. El problema es europeo, pero el remedio es italiano, esto así no funciona".Intento de pacificar Libia


Italia pide, ante todo, más dinero. También medidas en la raíz del problema, en Libia y los países de origen de los inmigrantes. Si el actual intento diplomático de pacificación en Libia no da resultados Gentiloni asegura que la UE deberá emprender "acciones de antiterrorismo" contra la facción del Estado Islámico que actúa en este país y contra el tráfico de inmigrantes.


No se puede decir que Italia no tenga razón si se oía ayer a la portavoz de Interior e Imigración de la UE, Natasha Bertaud: "En este momento la Comisión no tiene ni el dinero ni el apoyo político para lanzar una operación de búsqueda y salvamento, no puede hacerlo todo sola". Y admitió: "La situación es grave y solo empeorará en las próximas semanas y meses". Se espera que en mayo el Ejecutivo comunitario presente su nuevo plan de inmigración y entonces se podrá debatir si amplía su presupuesto anual, de 90 millones, que según la propia portavoz "es insuficiente".


Ante esta chapuza europea que ya dura demasiado tiempo, porque el problema se arrastra desde hace años, hasta los armadores han empezado a sublevarse. En muchísimas ocasiones los rescates corren a cargo de los mercantes que pasan por allí en ese momento, que cumplen su deber de auxilio. Sin embargo lo que debería ser una excepción ya es una rutina, ante la falta de un dispositivo oficial europeo en condiciones. El año pasado los cargueros salvaron a 44.000 personas pero ya se están hartando y la asociación europea del sector, ECSA, ha escrito una carta a todos los gobiernos comunitarios para instarles a buscar una solución.


Un buen ejemplo de lo que está pasando es el remolcador italiano 'Asso 21', que el martes salvó a 265 personas y se vio atacado por disparos de los traficantes libios. Este incidente dio visibilidad al armador del buque, que explicó su situación: llevan 26 rescates en lo que va de año y en 2014 realizaron 60. Trabajan para las plataformas petrolíferas de la costa libia y siempre hacen esa ruta. "No queremos sustraernos al deber humanitario, pero esto ya no son emergencias, la guardia costera nos alerta cotidianamente y no estamos preparados para este tipo de operaciones. No tenemos ni víveres, ni mantas, ni médicos. Tampoco tenemos lanchas para el transbordo, que es una operación complicada, porque si se mueven todos a la vez en su barca pueden volcar".